Pasar al contenido principal

Vale la pena

Cuando nació Martina, al segundo día tenía los pezones "destrozados", me dolían muchísimo y me daban mucha impresión. Sentía una angustia muy grande, y una enorme contradicción: le quería dar de mamar, pero me acobardaba solo pensarlo. Finalmente, mi hermana se sentó al lado mío, y con mucho cariño (y desdramatizando), me ayudó a ponerme una pezonera y me dió ánimo para que lo intentara...así varias veces. Hoy ya llevo una semana amamantando, solo me duele un poquito cuando se prende, pero después...lo disfruto con locura. Es increíble la sensación!!!!! Les recomiendo probar todo antes de rendirse: crema de caléndula, pezoneras, estar muy tranquilas y tener alguien de confianza que nos ayude a dar el paso...