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Adolescentes: los primeros anticonceptivos

Cuando las adolescentes llegan al consultorio del ginecólogo con inquietudes acerca de su vida sexual, la principal tarea del profesional consiste en hacer prevención de posibles embarazos no deseados así como del contagio de enfermedades de transmisión sexual.

En algún momento de la pre-adolescencia o de la adolescencia propiamente dicha –etapa que hoy en día se ubica entre los 17 y los 25 años, aproximadamente-, las chicas dejan de visitar al médico pediatra para tratarse con un clínico y un ginecólogo o con un profesional especialista en adolescencia.

Y en algún momento, en la visita al ginecólogo surge el tema de la anticoncepción, cuando las jóvenes van a iniciar –o acaban de iniciar- su vida sexual. Por lo general las pacientes adolescentes llegan a la consulta para preguntar sobre anticoncepción, y este momento se aprovecha para dar información sobre la prevención del embarazo y de las enfermedades de transmisión sexual (ETS).

En ese sentido, el método por excelencia es el preservativo, que es seguro si está bien usado. Hay que enseñarles a las chicas que el preservativo debe colocarse desde el principio de la relación, que debe usarse un preservativo nuevo para cada relación sexual y que este método es fundamental porque actúa como una barrera frente a las ETS, que es un aspecto que hay que cuidar mucho en la adolescencia.

Las pacientes adolescentes son bastante precavidas: las chicas suelen usar preservativo y piden también anticonceptivos orales, para mayor seguridad. Pero también es necesario desterrar algunos mitos como el hecho de que no se puede quedar embarazada en la primera relación sexual o que no puede haber embarazo si el varón no eyacula dentro de la vagina. Hay que aclarar que en una penetración sin preservativo pueden escaparse unas gotitas de líquido seminal que pueden contener espermatozoides y que con eso puede ser suficiente para que se produzca un embarazo, aunque después el hombre se coloque el preservativo para el momento de la eyaculación..

Claro que antes de indicar un anticonceptivo se hacen los estudios de rutina para saber cómo está el cuello del útero, se palpan las mamas y se analizan los antecedentes personales y familiares. En base a los resultados de ese examen se puede plantear el tratamiento anticonceptivo, eligiendo los nuevos anticonceptivos orales de baja dosis, que se llaman píldoras light, que son los más suaves.

En la consulta, se les enseña a las chicas cómo deben tomar las píldoras, qué pasa si se olvidan algunas y se presentan las ventajas y las desventajas del método. Hay gente que cree que los anticonceptivos producen cáncer o que engordan y hay que aclarar el panorama y decirles cómo actúan y de qué se trata.

Algunas adolescentes usan solamente preservativo, pero otras prefieren usar anticonceptivos orales, o métodos de barrera (como el diafragma) o parches anticonceptivos, entre otros. En estos casos hay que hacer mucho hincapié en que esto es válido en la medida en que los miembros de la pareja se hayan hecho el análisis de HIV (SIDA), les haya dado negativo y exista un compromiso verdadero de exclusividad en cuanto a lo sexual.

En relación al Dispositivo Intra Uterino (DIU), no se recomienda a las adolescentes porque la colocación puede resultarles traumática y, además, porque se considera que tiene que haber pasado un embarazo para que el útero se encuentre realmente preparado para recibir un cuerpo extraño como es el DIU. Después de un embarazo el útero está más permeable y la colocación del DIU es mucho más sencilla. Además, hay una teoría que dice que el DIU puede provocar una infección tubaria ascendente a las trompas que puede llegar a producir esterilidad por obstrucción.

Sin duda, la visita de las adolescentes al ginecólogo es un momento fundamental para dar educación sexual y para desarrollar una importante tarea de prevención.

 

Asesoró: Isabel Mariño, ginecóloga

Adolescentes Anticoncepción