Tu bebé ya casi tiene un mes y se pasó tan rápido!

Si bien todavía no sostiene su cabecita, estando boca abajo verás que la mueve de lado a lado.

Aunque prefiere ver el rostro de las personas antes que otras cosas, al mostrarle imágenes u objetos en blanco y negro o de colores con fuertes contrastes se quedará observándolos con atención (tienen que estar a 20 o 30 centímetros de su rostro así puede distinguirlos bien).

Es normal que se ponga bizco al querer fijar la mirada y en cuanto a su oído, está totalmente desarrollado y puede responder a sonidos y voces familiares que le llaman la atención, mirando hacia el lugar de donde provienen.

Lactancia:
Hay mamás que se encuentran con que, de un día para el otro, su bebé aumenta la demanda, no pasan dos horas sin que quiera tomar de nuevo, le cuesta más dormir que antes y solo se calma prendido al pecho. 
Todo esto lleva a que muchas piensen que no tienen suficiente leche y que su bebé está pasando hambre
Como el pecho fabrica en función de la demanda, la única manera que tiene el bebé de aumentar la producción es prenderse más seguido al pecho. 
Estas crisis o brotes de crecimiento suelen durar 3 o 4 días, aproximadamente. Una vez pasado este tiempo, y si la mamá respondió a la frecuencia demandada por su bebé, el cuerpo registra la cantidad y calidad que el bebé necesita y la lactancia vuelve a los parámetros anteriores.

Sueño: De a poco podés ir poniendo en práctica hábitos para que tu bebé vaya diferenciando el día de la noche: durante el día, jugar mucho con él, mantener la casa y su cuarto iluminados y acostumbrarlo a dormir con los sonidos habituales de la casa (la televisión, el teléfono, el lavarropas etc.); cuando llega la noche, si lo relaja, darle un baño antes de llevarlo a la cama y hacerle masajitos; que al acercarse la hora del sueño los sonidos de la casa disminuyan, apagar o bajar la intensidad de las luces y cantarle con voz suave. Esto lo ayudará a ir reconociendo, poco a poco, que llegó la hora de dormir.

Por qué llora: Por lo general, la etapa en la que más llora el bebé es entre el primer y el segundo mes de vida. Si bien a esta edad puede resultar difícil calmarlo, saber que es normal, no ponerse nerviosa y tener la seguridad de que podés lograrlo -aunque después de intentarlo todo tengas que poner en práctica los métodos más raros como prender la aspiradora, abrir la canilla de agua, salir a pasear en auto aunque sea la madrugada, etc.-, repercutirá en el bebé, tranquilizándolo. 

Mamá: Muchas mamás primerizas se afligen y no saben qué hacer confundidas ante tantos consejos de familiares, amigas, conocidos, etc. Si te está pasando, relajate, sabé que sos la mejor madre que podría haberle tocado a tu bebé, confiá en tus instintos y no te preocupes por aprender y equivocarte sobre la marcha, porque de eso se trata la maternidad.