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Características de los 5 años y 6 meses

A esta edad es muy importante marcarle firmemente los límites al niño porque va a tratar de transgredirlos. Sus desafíos forman parte de su desarrollo normal y del afianzamiento de su autonomía y si bien son entendibles, ponerle límites se hace indispensable para un buen crecimiento.

Leer y escribir son temas muy importantes para tu hijo: más allá de cuánto lo estimulen desde el jardín, es probable que ya sepa que lo escrito tiene un significado, que muestre interés por el lenguaje escrito, que “lea” y “escriba” como puede (según el momento de construcción del sistema de lecto-escritura en el que se encuentre), que pregunte “qué dice” o incluso que anticipe lo que dice en algún texto guiándose por datos como dibujos, letras típicas de una marca que conoce, etc.

A nivel motriz, su coordinación fina está en proceso de completarse, lo que lo ayuda a ensayar la escritura y le posibilita el manejo de herramientas y elementos con mayor exactitud. Estas destrezas no sólo requieren de la maduración de la musculatura, sino del desarrollo de estructuras mentales que le permiten combinar la vista con los movimientos. Los trabajos manuales son muy importantes en esta etapa y hay que presentarle obstáculos para que vaya resolviendo de manera creativa.

Su progreso madurativo se ve también en otras áreas: frente a una discusión en el jardín o al jugar con un invitado, los golpes ceden gradualmente su lugar a las disputas verbales. Los deseos de los compañeros comienzan a ser tenidos en cuenta y aparecen las promesas compensatorias (por ejemplo: “Prestame el auto y después yo te presto el barquito”), esbozos de la colaboración, un comportamiento más evolucionado que la competencia que se trabajará puntualmente en la escuela primaria.

Las reglas en los juegos permiten la actividad colectiva y los niños de esta edad las respetan a rajatabla, las modifican sobre la marcha… y también aprenden a hacer trampa. Distintas actitudes sobre una misma situación que les irá enseñando –con el modelo y la intervención adecuada del adulto- a respetar las reglas de juego en todas las circunstancias de la vida.

La mayoría de los niños de cinco años ya dejó atrás los berrinches, pero esto no significa que no siga tratando de transgredir los límites. Si tu hijo te saca la lengua, te pega o te contesta mal cuando le decís que “no” a algo que quiere o le indicás que haga algo que no desea hacer, mostrale firmemente que no vas a aceptar ese comportamiento y mantené tu prohibición o la orden que le diste.

Sus desafíos forman parte de su desarrollo normal y del afianzamiento de su autonomía. Podés entender por qué lo hace, pero permitírselo es diferente. Justamente, lo que hace tu hijo es ver hasta dónde puede llegar, y es trabajo de los padres mostrar límites firmes que le brindan seguridad y un buen marco para su crecimiento.

Para evitar las oportunidades de desafío, ahorrá el “no”  (reservalo para cuando sea imprescindible) y ofrecele opciones para elegir siempre que sea posible (planteale elecciones entre 2/3 posibilidades, no más). Por ejemplo. “¿Querés usar la campera azul o la roja?” (Salir sin campera si hace frío no es una opción). Cuando se porta bien, nunca te olvides de felicitarlo.

Anticipar sus actividades, avisarle cinco minutos antes cuando debe dejar de jugar para ir a bañarse o a leer el cuento antes de dormir también evita momentos desagradables.

Otra de las situaciones que pueden traer problemas son las relacionadas con los juegos de computadora: si bien es cierto que tu hijo ya está capacitado para acceder a juegos más complejos, hay que recordar que muchos de ellos pueden ser potencialmente adictivos. Además, aumentan el riesgo de obesidad, ya que le restan tiempo a la actividad física. Por eso es importante poner reglas y respetarlas para empezar a crear hábitos en relación a los videojuegos: no hay que permitirles comer mientras juegan, no conviene comprarle juegos nuevos cada vez que salen sino “hacerlos durar”, no hay que dejarlos jugar sin asegurarnos de que la propuesta sea adecuada y hay que ser estrictos en el control del tiempo que pasan frente a la pantalla. 

A esta edad, los niños son muy imaginativos y hay que estimular esta cualidad… cosa que los juegos de computadora no hacen. Escucharlo con atención y participar en sus juegos (siempre que seas bienvenido) es una manera de alentarlo a desarrollar su imaginación.

¿A qué jugamos?

¿Y si le proponés ser carpintero por un ratito? Podés visitar la carpintería de tu barrio para que tu hijo se familiarice con los elementos y la forma de trabajo del carpintero y para comprar la madera que van a utilizar. Hablá con tu hijo sobre los materiales y las herramientas, para evitar accidentes. De todas formas, ésta es una propuesta para realizar bajo la supervisión de un adulto. Si hacen un proyecto previo, pueden encargar en la carpintería las piezas que necesitan, por ejemplo, para un avión o una cuna para las muñecas. También se pueden comprar figuras de madera, cajitas o casas de madera para pintar y decorar.

Niños Educación y estimulación