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¿Cómo continuar con la lactancia materna cuando nuestro bebé empieza el jardín maternal?

Si nuestro hijo comienza el jardín maternal debemos prepararnos con anticipación para poder seguir alimentándolo con leche materna.

En muchas ocasiones, las mamás consideran que la vuelta al trabajo trae acarreado sin excepción el fin de la lactancia, sobre todo si van a dejar a su bebé en un jardín maternal. Sin embargo, es totalmente posible continuar alimentándolo con leche materna en estas circunstancias.

El comienzo del jardín maternal plantea solamente el desafío de reorganizar la lactancia. Si la madre lo elige, es posible.

Para continuar con la lactancia es importante analizar las diferentes variables de la nueva rutina que se avecina:

  • Cuál será el método de extracción de leche que se utilizará en el trabajo.
  • Dónde se almacenará y transportará la leche extraída, ya que debe ser conservada y transportada en recipientes aptos para estos fines y en forma refrigerada.
  • Dónde dará la mamá el pecho al despedirse y al reencontrarse con el bebé.
  • Cuántas serán, aproximadamente, las tomas que no podrán llevarse a cabo y cuál será el modo en que serán reemplazadas.

 

¿Cómo organizarse para lograrlo?

 

La anticipación es la clave.

En principio conviene averiguar en el jardín maternal si hay algún lugar físico destinado a alimentar al bebé antes de llevarlo a la sala y al retirarlo, de manera de aprovechar esos momentos y poder darle el pecho al bebé minutos antes de despedirse y nuevamente al reencontrarse con él.
 
También hay que comenzar a almacenar leche materna con anticipación al comienzo del trabajo o jardín, a través de extracciones de leche manuales o mecánicas.

Buscar un jardín cerca del trabajo puede colaborar para que la mamá salga a alimentar al bebé en las horas de almuerzo y lactancia (en la Argentina, la hora de lactancia es un derecho que tienen las madres, obligatorio por ley hasta el año de edad).

En casos en los que las tomas no puedan realizarse, la madre puede extraerse leche en el trabajo y en ocasiones también en casa (en la semana y durante el fin de semana), de manera de tener siempre leche almacenada disponible para preparar los biberones que se administrarán al bebé en el jardín maternal.

Hay que recordar que sacarse leche ayuda también a mantener la producción y prevenir congestiones e infecciones mamarias.

Una vez juntos en casa, la lactancia puede continuar de la misma manera que cuando el trabajo y el jardín no estaban presentes en la rutina familiar.

 

¿Y si optamos por lactancia mixta?


La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más. En casos en que esta opción no pueda sostenerse, la lactancia mixta puede ser una buena solución, siempre preferible al destete.

Algunos expertos en lactancia recomiendan la alimentación exclusiva a pecho hasta el día de regreso de la madre a su actividad laboral y que la persona que cuide al bebé sea ese día la encargada de darle el biberón. Pero muchas madres no sienten simpatía por esta idea ya que necesitan asegurarse de que su bebé tome mamadera y se acostumbre a ella antes de la vuelta al trabajo. Con este fin, aproximadamente diez días antes de la reincorporación de la madre a sus tareas, otra persona, especialmente quien cuidará al bebé, puede comenzar a ofrecerle el biberón.

La idea de esta forma de adaptación a la mamadera es ofrecerla con mucha paciencia y sin forzar al bebé, para que en forma paulatina vaya conociendo y acostumbrándose a este nuevo recurso.

Para que no “se corte la leche” es importante que la mamá se extraiga leche durante el lapso de tiempo que permanece en el trabajo. Para calcular la hora de extracción, se debe pensar en los horarios en que el bebé tomaría el pecho en caso de permanecer junto a su mamá.

En caso de que el bebé empiece después de los 6 meses el jardín maternal y ya reciba alimentación complementaria, se pueden aprovechar los alimentos indicados por cada pediatra para reemplazar tomas al pecho. El esquema de reemplazo debe ser consultado con el pediatra antes de ponerlo en práctica.

¿Y si decidimos destetar?


Tomando las recomendaciones de la OMS, todo el tiempo que se continúe con lactancia materna -dentro de la cantidad de tomas, alimentación complementaria y posibilidades de rutina que cada madre pueda diseñar- será más favorable para el bebé que la suspensión total de la misma.

Si de todas maneras la mamá opta por el destete, es recomendable que sea en forma paulatina.

Como el pecho nutre al bebé tanto física como emocionalmente, al pensar en un destete es fundamental analizar no solo cuál será el alimento que reemplace la leche materna –algo que se deberá charlar con el pediatra-, sino qué momentos de contacto y juego reemplazarán el encuentro emocional entre la mamá y el bebé que significa la lactancia.

Un proceso óptimo implicaría un destete paulatino y espontáneo planteado y atravesado por la mamá y por el bebé en conjunto.

 

Asesoró: Paula Liwski, Psicopedagoga
especializada en Crianza y Puericultora

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