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El tomate: un fruto, muchas opciones

A partir de los ocho o nueve meses, según la indicación del pediatra, tu bebé puede incorporar el tomate, una fruta/verdura originaria de América que es un básico de la cocina.

Muy versátil a la hora de prepararlo, al tomate es mejor consumirlo pelado porque la piel puede afectar a los intestinos sensibles y sin semillas (porque sustraen calcio) prefiriendo el perita al redondo ya que es menos ácido.

¿Cómo pelarlo y sacar las semillas? Muy fácil: en la base del tomate hacer dos cortes que formen una cruz y sumergir los tomates lavados durante un minuto en agua hirviendo. Retiralos y, cuidando de no quemarse (se puede hacer bajo el chorro de agua de la canilla), tomar las puntitas de los cortes y tirar. La piel se desprende muy fácilmente. Después cortarlos en cuatro y, con la ayuda de una cucharita, retirar las semillas.

El tomate, uno de los frutos que los chicos más aceptan, aporta vitaminas A, B1, B2, B3, C, K y E. Entre las sales minerales que contiene están el potasio, cloro, fósforo, calcio, azufre, magnesio, sodio, hierro, cobre, zinc, yodo, cobalto, manganeso y flúor. Y no es para dejar de lado el dato de que con solo 200 gramos de tomate al día se cubre el 80% de las necesidades diarias de vitamina C.

Este fruto también contiene licopeno, un pigmento que es antioxidante, se libera sobre todo al cocinarse y se absorbe mejor si el tomate se cocina y se acompaña con un poco de buen aceite agregado después de la cocción. Un detalle es que el tomate se vuelve ácido si se cocina demasiado, de modo que una buena salsa de tomate natural debe llevar poca cocción.

¿Cómo ofrecerlo en la mesa familiar, además de en la ensalada “mixta”, de lechuga, tomate y cebolla? Aquí, algunas ideas:

  • Tomates rellenos;
  • tomates secos hidratados en agua hirviendo en ensalada con hojas verdes y aceitunas negras;
  • salsa de tomate simple, con hongos secos, salsa rosa agregando crema;
  • tarta o empanadas capresse con tomate, queso y albahaca; 
  • en rellenos de sándwiches;
  • en cubiertas de pizza;
  • humitas; chutneys; 
  • en pinchos; en canapés; en sopas; 
  • en jugo con apio y pimienta negra y
  • hasta como mermelada de tomate.

...y algunas recetas muy fáciles:

Tarta caprese: facilísima, te saca de apuros y es una comida supercompleta porque combina las proteínas del queso, los hidratos de la masa y las vitaminas del tomate y la albahaca. Los chicos estarán encantados de ayudar a armar esta tarta y ubicar los tomatitos y la albahaca para que queden bien decorativos. Ver receta

Salsa de tomate natural: Ideal para bebés a partir de los ocho o nueve meses, podés freezarla en pequeñas porciones y también hacer mucha cantidad y condimentar más una parte para los adultos de la familia. Ver receta

Tomates rellenos con atún: Una propuesta “disimulada” de ofrecerles pescado a los más chicos. Ver receta

Humita con tomates perita: El choclo es el muy recomendado en casos de estreñimiento y también por sus propiedades diuréticas, por lo que se recomienda a las embarazadas que suelen sufrir constipación y retención de líquidos. Ver receta

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