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Embarazo, crianza y lactancia: algunas reflexiones

Elegir el nombre del futuro bebé, preparar su habitación y su ropita son importantes. También lo son pensar en su alimentación y en el cuidado de su salud.

Elegir el nombre del futuro bebé, preparar su habitación y su ropita son importantes. También lo son pensar en su alimentación y en el cuidado de su salud. 

  • Recibir información sobre estos temas,
  • intercambiar ideas con la pareja, 
  • ser atendidos por un equipo solvente y cálido
  • y conocer al profesional que los va a orientar en la crianza y el cuidado del bebé,

son importantes durante el embarazo, y permiten llegar más confiados y tranquilos al parto y días posteriores.

Durante el embarazo el bebé recibe calor, alimento, oxígeno y defensas de manera inadvertida a través del intercambio entre sus cuerpos por medio de la placenta y del cordón umbilical. Al nacer el bebé, todos estos procesos requieren del esfuerzo y participación activa por parte de él y de los adultos que lo cuidan. Estas tareas pueden ser realizadas como obligación, con seriedad y responsabilidad, o se pueden también disfrutar y realizar con placer.

El padre puede desempeñar un rol importantísimo desde el nacimiento, pero nuevamente, la madre cumple un papel irremplazable: el de la nutrición ideal: la lactancia materna. Por su intermedio el bebé recibe abrazo, contacto piel a piel, calor, movimiento, el alimento perfecto para su crecimiento y desarrollo, y las defensas que él aún no está capacitado para fabricar.

El amamantar es un arte que se aprende de a dos: madre y bebé van a probar cómo sus cuerpos se adaptan para dar y recibir el alimento que uno produce y el otro necesita recibir. El acto de amamantar suele ser muy placentero para ambos. La madre frecuentemente siente mucho orgullo de ver a su hijo crecer alimentado por su cuerpo.

Muchas mamás dudan de su capacidad para amamantar, se cuestionan si tendrán leche y si será de buena calidad. Toda mujer está capacitada para producir la mejor leche para su hijo. No existe leche materna de mala calidad. Puede, en cambio, ser insuficiente la cantidad o pueden ser inadecuadas la forma de darle o de tomar del bebé. Estas situaciones tienen solución, con el asesoramiento adecuado, sin interrumpir la lactancia.

Amamantar al hijo no debe ser una obligación, sino una elección informada. Esto quiere decir que conociendo las opciones, y las diferencias entre los diversos modos de alimentar a un bebé, la madre puede optar. La opinión y apoyo de su pareja y familia son fundamentales para ello.

Muchos padres temen no saber descifrar qué pide o necesita el bebé. Tampoco ésto puede enseñarse. El sentido común, el contacto con el bebé y las consultas de dudas a profesionales conocidos por ellos, transforman la desafiante e intensa tarea de criar a un hijo en crecimiento mutuo y armónico.
 
 

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