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Estimulación en niños en edad escolar

Hoy el término estimulación es conocido por todos. Sin embargo, muchos chicos de 7 a 12 años cuentan con poca información sobre el mundo que los rodea, tienen serias dificultades para expresarse y les cuesta comprender lo que escuchan o lo que leen.

Hoy el término estimulación es conocido por todos. Desde los profesionales relacionados con el tema o no hasta las instituciones dedicadas a "estimular tempranamente" a los niños, a fortalecer el vínculo con los padres y a usar la gran herramienta que es el juego para que los pequeñitos desarrollen prontamente todas sus potencialidades.

Sin embargo, es sorprendente encontrar muchos casos de chicos de 7 a 12 años que cuentan con muy poca información sobre el mundo que los rodea, que tienen serias dificultades para expresarse oralmente (por escrito a veces les resulta imposible), que les cuesta comprender lo que escuchan o lo que leen porque no cuentan con una información contextual suficiente y que poseen un vocabulario pobre cuyas palabras, la mayoría de las veces, no son capaces de definir.

Parecería que mientras son bebés e incluso hasta los 4 o 5 años, los padres se sienten muy responsables de la estimulación cotidiana de sus hijos, compran "juguetes didácticos", "libros didácticos", "gimnasios" y "mantas de estimulación", pero se olvidan de todo esto una vez iniciada la escolaridad más "formal".

La realidad de la educación en la Argentina y de la gran mayoría de las escuelas muestra que la estimulación proveniente del colegio es, en general, insuficiente. Pero a pesar de esto, son pocos los padres que siguen preocupándose por mirar con sus hijos una película, comentarla, criticarla, pedirle su opinión, compararla con otra, etc. Los juegos de mesa aparecen, en muchos hogares, como indicación dentro de un tratamiento psicopedagógico, cuando los problemas ya se han instalado en el aprendizaje o, por lo menos, en el desempeño escolar.

Los museos son sitios desconocidos para muchos chicos, que sólo han ido a alguno con la escuela, más preocupados por divertirse con sus compañeros que interesados por el lugar. Si alguna vez los padres le leyeron un cuento antes de dormir a su hijo, seguramente abandonaron el hábito alrededor de los 10 años (o antes).

Sabemos que "se educa con el ejemplo" y debemos tener en cuenta que el placer por el aprendizaje, por el conocimiento, la curiosidad por el mundo, etc. es algo que los chicos deben vivenciar en su familia para después hacerlo propio. No basta con "cumplir" llevando a los chicos a practicar un deporte si en la familia nadie lo hace sólo por placer. No podemos pretender que nuestros hijos lean si no nos ven a nosotros disfrutando de la lectura. Y así sucesivamente. A veces los padres no saben qué hacer con sus hijos en los momentos libres que comparten y así desperdician muy interesantes oportunidades para estimular a sus hijos y ayudarlos a ser personas más activas, más críticas y pensantes.

En este sentido, la Psicopedagogía, como área dedicada al sujeto que aprende, es el ámbito ideal para orientar a los padres diseñando estrategias particulares para cada familia y favoreciendo así, el aprovechamiento de todas las potencialidades que posee un niño o un adolescente. Por eso, la Estimulación Temprana hoy resulta un aporte indispensable, pero insuficiente si no se apunta a una Estimulación Permanente.

Educación y estimulación