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Estrés en el embarazo: ¿cómo afecta al bebé?, ¿cómo evitarlo?

El estrés en el embarazo puede llevarnos a situaciones límite que ponen en juego nuestra salud física y mental. Para no llegar a ese punto, hay técnicas que pueden ayudar.

Una situación laboral particular, la enfermedad o el fallecimiento de algún familiar, problemas económicos, de pareja y otros motivos pueden llevar a vivir una etapa tan especial como lo es el embarazo con un alto grado de estrés. ¿Cómo puede afectar al bebé? ¿Qué hacer para superarlo?

En principio es importante saber que el estrés en sí mismo no es malo, en la vida cotidiana uno está expuesto a diferentes situaciones que exigen la activación de recursos para adaptarse a ellas y el estrés es, justamente, el mecanismo que se activa en el organismo que permite adaptarse a determinadas situaciones. Un nivel moderado de estrés es algo normal en la naturaleza humana, sin embargo, hay hechos que pueden generar un aumento de los niveles de estrés, repercutiendo en las emociones y en la salud.

Si bien todas las personas sufren de estrés, ya que es una respuesta natural del individuo, lo que puede variar es la intensidad con la que uno vive determinadas situaciones, y esto depende de la personalidad, la historia de vida, y las circunstancias en el momento en que se produce un hecho que puede provocar malestar.

En el caso particular del embarazo, sobre todo si es deseado, se trata de una experiencia que llena de felicidad, emoción y alegría a la mujer, pero que, sin embargo, tiene elementos que pueden producir estrés: desde la preocupación por el bienestar y la salud del bebé o temores referentes al parto, hasta la ansiedad que surge al pensar cómo será una como mamá y si podrá cuidar bien de su bebé después del nacimiento. Todas estas son preocupaciones propias del embarazo que pueden provocar un grado variable de ansiedad, dependiendo de las características individuales.

Mientras una gran parte de las futuras mamás pueden adaptarse a estos cambios y ansiedades sin mucha dificultad, otras, por su historia, o porque se les suman situaciones externas como presiones laborales, familiares, eventos traumáticos, etc., aumentan la intensidad de estrés y esto puede llegar a producir efectos negativos en su salud física y emocional.

 

¿Por qué es importante estar atentas al estrés durante el embarazo?


El estado emocional de la madre es primordial para el desarrollo del bebé, tanto dentro del útero como una vez que nace, y un estrés intenso y prolongado en el tiempo durante el embarazo puede tener consecuencias tanto en la mamá como en el bebé.

En situaciones de estrés mantenidas en el tiempo, el organismo reacciona segregando altas concentraciones de hormonas, entre ellas las catecolaminas y el cortisol. Altas concentraciones de cortisol durante mucho tiempo pueden provocar alteraciones en el sistema inmune, la memoria, la presión arterial, la glucosa circulante, entre otros, y estas alteraciones pueden relacionarse con complicaciones obstétricas, como parto prematuro y/o bajo peso del bebé al nacer.

Por estas razones es muy importante que la mamá pida ayuda si está pasando por una situación que siente que la supera, y pueda llevar adelante ciertos hábitos que colaboren a regular el nivel de estrés y sobreponerse.

 

¿Cómo puedo evitar o superar el estrés durante el embarazo?


Descansar siempre que sea posible: buscar espacios y tiempos para hacerlo. Descansar es bueno para la mamá y el bebé. En el trabajo, por ejemplo, buscar un lugar donde relajarse a la hora de la comida y poner las piernas en alto.

Delegar: teniendo más hijos es difícil encontrar tiempo para relajarse o delegar ciertas tareas, pero siempre se puede pedir a la pareja, a una amiga o a los abuelos que los cuiden de vez en cuando o que ayuden con alguna tarea para que una pueda descansar.

Pedir ayuda: si una siente que está llegando a su límite, que está desbordada, muy cansada, es fundamental pedir ayudar al entorno más cercano y/ o a un profesional.

Compartir las preocupaciones con otros: aunque esos otros no tengan la solución en sus manos, es muy útil y alivia la tensión hablar de las preocupaciones con la pareja, una amiga que tenga hijos, con la mamá. Concurrir a cursos de preparación para el parto y grupos con otras embarazadas y, por supuesto, conversar con el obstetra sobre eso que agobia, también ayuda mucho.

Hacer Yoga: el yoga para el embarazo mantiene el cuerpo flexible y enseña muchas técnicas de relajación. Practicarlas ayuda durante el embarazo y también durante el parto.

Evitar situaciones de exigencia: en lo posible, alejarse de esas situaciones de exigencia en las que una no tiene posibilidades de resolver nada, como pueden ser conflictos familiares, de trabajo, sociales, de estudios, etc. Si el problema radica en el ámbito laboral, y está causando efectos sobre la salud, hablar con el médico para adelantar la licencia. Esto puede ayudar mucho a enfocarse en el embarazo y dejar de lado las tensiones que están provocando malestar.

Realizar técnicas de relajación: practicar técnicas de meditación, de visualización positiva, de respiración consciente y tomar masajes especiales para embarazadas. El curso de preparto es, muchas veces, fuente de aprendizaje de estas técnicas de relajación que pueden ponerse en práctica en muchas situaciones de estrés.

Mente sana en cuerpo sano: hábitos como una alimentación equilibrada, mantener el peso que indica el médico, realizar actividad física (siempre bajo el aval del obstetra), dormir no menos de 8 horas diarias, y evitar la ingestión exagerada de infusiones que contengan cafeína (café, té, mate, bebidas cola, etc.),  ayudan a enfrentar situaciones de estrés mejor preparadas y con un organismo fuerte.


Asesoró: Lic. Adriana López, fundadora de Momento Cero.


 

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