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La acelga, fuente de hierro y fibras

¡Cómo cuesta hacerles comer acelga a los chicos, y todo lo “verde” en general! Aún así, es importante ofrecérsela a los bebés, para que poco a poco la incorporen y se acostumbren a su sabor.

Algunos especialistas sostienen que pueden hacer falta muchos ofrecimientos de un mismo alimento hasta que un niño lo acepta, por eso, si no se acostumbraron de bebés a comerla, es importante invitar a los niños a que se animen a probar la acelga pero sin obligarlos. Y está en cada una ponerse creativa para esconder o disfrazar este alimento dentro de algún plato que disfrutan los chicos, como puede ser el relleno de una tarta, canelones, ravioles, etc.

Como todos los vegetales de hojas verdes oscuras, la acelga enriquece la alimentación con hierro, Vitamina A y C y fibras que evitan la constipación, datos fundamentales para las embarazadas. Y es mejor elegir acelga que espinaca, porque el nivel de nitratos de esta última –y que depende de la tierra de la que provenga- puede ser perjudicial para el bebé.

La cocina macrobiótica, por ejemplo, recomienda no consumir espinaca porque contendría ácido oxálico, que produce pérdida de calcio. Esto es importante sobre todo en los bebés y niños, por el gran requerimiento de calcio que tienen y también en los adultos –sobre todo mujeres-, por el riesgo de padecer osteoporosis. Es mejor, entonces, optar por la acelga que, además, es más barata y rendidora.

 

¿Cómo preparar la acelga?


Al cocinar la acelga, como todas las verduras, es importante no “pasarlas”: esto se nota cuando quedan mustias y pierden su color, adquiriendo un tono agrisado luego de la cocción. Y no es solo porque toman mal aspecto, sino porque pierden gran parte de sus vitaminas y minerales.

Lo ideal para cocinar la acelga es ponerlas en la olla con el agua que les queda a las hojas luego del lavado y, usando un difusor de calor para que no se peguen, llevar la cacerola unos minutos a fuego fuerte para que se genere vapor y luego bajar a fuego mínimo hasta que la acelga esté cocida, lo cual lleva muy poco tiempo pero depende de la cantidad de atados que se hayan puesto.

Aquí, algunas recetas muy ricas para incorporar la acelga en la alimentación de toda la familia:

  • Crepes de acelga con salsa blanca: una comida deliciosa para los grandes, que incluye una “versión bebé”. Ver receta 
  • Buñuelos de acelga: Practiquísimos para mandarles a los chicos en la vianda. Ver receta
  • Tortilla de acelga liviana: Combinada con una ensalada de tomate, que tiene vitamina C y ayuda a la absorción del hierro, éste es un plato ideal para las embarazadas. Ver receta
  • Acelga con salsa blanca: una papilla tradicional para el bebé que también puede ser la guarnición de una carne. Ver receta
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