Los chicos que pegan en la escuela primaria

A pesar de que los padres de niños en edad escolar pueden ver a su hijo pegándole a otro en algún cumpleaños o en alguna situación puntual, suele ser el llamado de la escuela el que termina de definir una situación que genera preocupación en padres y maestros.

Sentarse frente a la docente y escuchar que nuestro hijo les pega a sus compañeros puede ser un trance muy difícil, que hace que los padres se sientan cuestionados en su rol. Además, la mayoría de las veces se instala una sensación de impotencia, de no saber qué hacer, sobre todo porque cuando el niño pega en la escuela, no están los padres para intervenir.

Los chicos de primer grado pueden tener todavía alguna reacción violenta ocasional, cuando sus emociones no encuentran otro modo de expresarse. Sin embargo, en la primaria hay normas claras que los chicos conocen y deben respetar, y una de ellas es que “no se pega” y que los problemas deben resolverse a través del diálogo.

Por otro lado, es esperable que los chicos en edad escolar ya puedan encontrar una forma no violenta de resolver sus conflictos.

Cuando un chico pega, es porque no encuentra otra forma de resolver la situación y eso lo hace sufrir. Pero lo más complicado puede llegar a ser la reacción del grupo de compañeros, porque cuando el recurrir a los golpes se transforma en un hábito, el niño es “etiquetado” como el golpeador. Eso le produce sufrimiento y lo confirma en su rol, por lo que es muy importante que desde la escuela puedan trabajar para correrlo de ese lugar y mostrarle, al niño que pega y a los demás, que él puede actuar de otra manera.

En algunos casos, hasta se hace necesario reunir a los padres para explicarles que se está trabajando con el nene para que pueda dejar de pegar, porque a veces lo que pasa en el aula tiene consecuencias fuera de ellas y hasta puede provocar enemistades entre los padres del grado.

Seguramente, desde la escuela les preguntarán a los papás si su hijo está viviendo alguna situación particular que pueda estar estresándolo (nacimiento de un hermano, muerte de un abuelo, separación de los padres, etc.), y si los golpes pasan a ser frecuentes, la indicación es la de consultar a un profesional que en primer lugar hablará con los padres y después realizará un psicodiagnóstico del niño para poder ayudarlo.