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Los mejores consejos para los celos entre hermanos

Los celos que los chicos sienten por sus hermanos son absolutamente normales y, si se les permite expresarlos, poco a poco van desapareciendo. Esta nota nos presenta algunas estrategias para tener en cuenta.

Los celos que los chicos sienten por sus hermanos son absolutamente normales y, si se les permite expresarlos, poco a poco van desapareciendo. Por eso, los adultos deben tomar las escenas de celos con calma y naturalidad.

Y a pesar de que por ser parte de la evolución normal de los niños, no hay mucho que los padres puedan hacer frente a los celos, siempre existen algunas estrategias para tener en cuenta.

Durante el embarazo:

  • Permitirle al hermano mayor que participe en los preparativos de la ropa, la cuna y el cuarto del bebé.
  • Llevarlo a las ecografías, para que pueda ver las imágenes de su hermanito.
  • Mirar fotos de cuando la madre estaba embarazada de él y compartir anécdotas familiares.
  • Comprar –o armar juntos- un libro sobre el tema “Voy a tener un hermanito” para ir leyéndolo y completándolo durante el embarazo.
  • Estar siempre atento a las inquietudes que tienen los chicos y que no siempre formulan como preguntas directas: sacar, por ejemplo, el tema de dónde va a dormir el bebé, si a los padres les parece que hay alguna preocupación al respecto. Si el mayor va a poder seguir invitando amigos y qué va a hacer el bebé cuando él vaya al jardín o a la escuela pueden ser otras cuestiones que ronden por la cabeza de los futuros “hermanos mayores”.
  • Tratar de encontrar un equilibrio entre las cosas que se compran para el bebé y las que se compran para el hijo mayor: si hay un aluvión de objetos para el bebé y nada para el primogénito, esto puede hacerlo sentir mal.

Una vez nacido el bebé:

  • La mamá debería hacerse siempre un tiempo para compartir alguna actividad a solas con el hijo mayor, sin la presencia del bebé: puede ser desde dejar al bebé con el papá para ir madre e hijo a hacer una compra hasta organizar una salida al parque, al cine, etc. sólo para los dos.
  • También buscar un tiempo para que el hermano mayor comparta solo con el papá, para ir a algún lugar que le guste o hacer alguna actividad que solían hacer antes del nacimiento.
  • Permitirle que intervenga en el momento del baño, del cambio de pañales, etc., pero no obligarlo: si no quiere, también hay que respetar eso.
  • Cuando vienen visitas o con los familiares, estar atentos a que el bebé no acapare toda la atención y ayudar a los adultos que no se dan cuenta para que también puedan hacer un comentario positivo sobre el hijo mayor.
  • Dejar que el mayor tenga a upa al bebé, si lo desea, con los recaudos necesarios. También permitirle empujar el cochecito en veredas anchas y poco concurridas.
  • No hace falta comprarle un regalo al primer hijo en el momento del nacimiento del segundo, pero sí es bueno mostrarle fotos de su nacimiento y buscar los regalos que recibió él en ese momento (peluches, ropa, etc).
  • Ver consejos para los celos durante la lactancia

Los más grandecitos:

  • Cuando el hermano menor deja de ser bebé, hay que ayudar al mayor a preservar sus espacios, porque el más chiquito puede volverse muy invasivo: por ejemplo, distraer al pequeño con otra cosa si el más grande está armando un rompecabezas, si tiene ganas de ver televisión tranquilo, jugar solo o de leer o mirar revistas un rato.
  • No obligarlo a prestar sus juguetes siempre y en todo momento –el más chiquito también tiene que aprender a esperar.
  • Organizar para que los programas de televisión no sean elegidos siempre por el mismo. Esto también hay que tenerlo en cuenta a la hora de decidir las salidas, juegos y actividades: una vez cada uno.
  • Permitir que ambos hermanos puedan invitar e ir a casa de amigos, en la medida que lo deseen y tengan edad suficiente.
  • Mantener siempre los tiempos a solas con cada uno para el diálogo en privado y para las actividades.
  • Y siempre ser justos dándole a cada hijo lo que éste necesita, y no solamente lo mismo que al otro.

En el caso de que los celos resulten inmanejables para los padres, siempre es útil consultar con un especialista que pueda orientarlos para acompañar a sus hijos en su crecimiento.

 

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