Pasar al contenido principal

Madres eran las de antes

Eran más redondas. Estaban más preocupadas por sus hijos que por nada en el mundo. Esperaban pacientemente el regreso de sus maridos. Cumplían, acataban, sobreprotegían.

Eran más redondas. Estaban más preocupadas por sus hijos que por nada en el mundo. Esperaban pacientemente el regreso de sus maridos. Cumplían, acataban, sobreprotegían. Las mamás de hoy ¿somos las mismas pero camufladas o hemos logrado realmente inventarnos un modelo diferente y eficaz?
 
Algunos sostienen que todo tiempo pasado fue mejor. Dicen: "Hombres eran los de antes", Políticos eran los de antes", Noviazgos eran los de antes. Debemos sumirnos en esa nostalgia por un tiempo que ya pasó, sintiendo que lo que hacemos es una burda imitación que no le llega a nada ni a nadie a los talones, o debemos apoderarnos de quienes somos para proyectarnos hacia un futuro pleno, diferente, sí, pero legítimo y propio.

Tal vez hayan sido mejores las mamás en algunas cosas, pero como mujeres -intuyo- se quedaron con las ganas de cumplir más de un deseo, que a veces ni siquiera se habrán animado a sentir...
Creo que ahora parecemos diferentes y estamos dándonos más permisos, lo cual no es poco, pero en el fondo tenemos similitudes esenciales que no podemos desconocer.

Madres último modelo

Antes los autos eran todos negros y grandes, durante años nadie cuestionó si un auto debía ser así o no, con mínimas modificaciones, todos respondían a ese estandar; luego crearon nuevos diseños y los pintaron de otros colores pero siguieron siendo autos. En definitiva sirven para trasladarnos rodando de un lugar a otro. Antes las mujeres también se parecían entre sí, eran reservadas, cuidadosas, juiciosas, seguían a sus maridos y aceptaban con orgullo ser la señora de...

Poco a poco el modelo ha ido cambiando. Ser madre ahora, en un altísimo porcentaje de casos, es una decisión, un proyecto de vida que se suma a otros y que se comparte en pareja.

Así los hombres van al parto y las mujeres a la oficina, ellos aprendieron a pujar y nosotras nos hicimos especialistas en sistemas, sabemos arreglar un enchufe y pedir que nos besen donde más nos gusta. Nos sentimos libres, ser mujer ya no es sinónimo de madre, ser mujer ahora es ser persona, Ser en el sentido más amplio de la palabra.

¿No nos pedimos demasiado?

Nos ponen y nos ponemos muchas exigencias, queremos ser flacas, altas, madres ejemplares, con el cerebro de Alfonsina Storni y el cuerpo de Demi Moore en Stríp-trease. Queremos enfrentarnos a nuestros hijos con las respuestas que daría Freud, aplicar las sanciones que nos enseña Piaget, mostrarles un modelo de pareja sano, ofrecerles una situación económica que les permita pertenecer a "cierto nivel", queremos llevarlos a andar en bicicleta y apuntalarlos para que un día lleguen a ser alguien.

Nos pedimos todo, TODO, lo más nimio y lo más trascendente nos parece importante. Así nos llenamos de tareas en esa lucha por ser ideales y nos hacemos baños de crema en el pelo al tiempo que chequeamos los mails o calentamos la calabaza... Hacemos dietas cuando amamantamos y abdominales en el sanatorio después de la cesárea...

Queremos que el bebé duerma en su habitación para tener intimidad con nuestra pareja, pero más de una noche nos morimos de ganas de tenerlo cerca y darle besitos toda la noche... Nos organizamos para salir solas con nuestro hombre, solas con nuestras amigas... Los martes y jueves hacemos cursos de perfeccionamiento en marketing o en microcirugía y los lunes y miércoles cocina natural, los viernes llevamos los chicos al pelotero después de ir al pediatra y cortarles el flequillo en la peluquería...
¿No será mucho?

Buscar un equilibrio

El secreto es la búsqueda de un equilibrio que nos permita hacer sólo aquello que más nos interesa o mejor nos sale con pasión, y el resto hacerlo correctamente sin tratar de ser todo el tiempo la mejor ni la más linda, la más delgada o la más justa.

Animémonos a equivocarnos, a enojarnos y a perder la paciencia, no nos asustemos si nos desorientamos o si un día nos levantamos con ganas de colgarnos un carte de clausurado o de irnos de viaje solas a Tasmania y con lo puesto.

Somos las que somos, como nos sale...
No importa si otras fueron las mejores...
Nosotras somos ahora las madres.
Madres somos las de ahora.
Madres eran las de antes.
Ser madre es tener la oportunidad única de mirar el mundo de otra manera y de tener que ayuda a mirar a otros.

 Lic. Adriana Penerini
Psicóloga

 

Bebés Niños Crianza y familia Crianza, familia y educación