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Problemas de conducta en los niños: ¿qué hacer?

Se porta mal en la escuela, no respeta el límite de padres y maestros, pelea y/o molesta a sus compañeros, empuja, insulta, provoca, miente, roba, etc. ¿Qué le pasa? ¿Cómo podemos ayudarlo?

Cansados de recibir constantes notas en el cuaderno del colegio o de que los docentes les repitan lo mal que se portó su hijo en clase, muchos padres implementan distintas estrategias que, en muchos casos, no parecen dar resultado: penitencias, castigos, sobornos, súplicas, etc., mientras se preguntan qué le pasa a su hijo, por qué se comporta así.

A veces, intentan dar respuesta al problema creyendo que su hijo “es malo por naturaleza”, “lo hace a propósito”, “esta enojado por algo”, “está reclamando algo”, “le faltan límites”, “está llamando la atención” “son los compañeros los que lo provocan”, “la maestra lo tomó de punto”, “en la escuela no hay disciplina”, y más.

Pero, ¿a qué se debe realmente este problema de conducta?, ¿cómo ayudar a los chicos en estos casos?

Hay niños que pueden tener mala conducta por las más variadas causas, que dependen de cada chico y su familia. Estas causas pueden tener que ver con razones internas del niño y/o también con factores externos.

Por ejemplo, un niño puede manifestar mala conducta:

  • como forma de elaborar una pérdida, transitar un duelo
  • como forma de intentar resolver algún conflicto interno, como reacción a un cambio en las rutinas o en la dinámica familiar (nacimiento de un hermano, divorcio, viaje de un padre, mudanza, etc.)
  • como consecuencia de sufrir bullying, sufrir o presenciar violencia o abuso
  • como manifestación de situaciones de tensión familiar (problemas de pareja, problemas económicos, etc.)
  • como consecuencia de las dificultades de los padres para poner y sostener los límites
  • como efecto de presentar dificultades en la aceptación de las normas
  • como consecuencia de algún conflicto con sus compañeros o docentes, etc. 
  • como efecto de sufrir dispersión, hiperactividad, impulsividad, sobre exigencia, miedo, angustia, etc.
  • como consecuencia de presentar ciertos retrasos madurativos, problemas orgánicos o diferentes cuadros psicopatológicos

En todos los casos hay que ser conscientes de que no hay recetas únicas, que las causas son muchas y siempre hay que pensarlas en relación a ese niño y a la familia y en relación a la situación social en particular.

Es normal que los padres se sientan desorientados en relación a los problemas de conducta de su hijo, que no entiendan por qué se porta de ese modo, ni sepan cómo ayudarlo. Otras veces creen saber qué es lo que provoca la mala conducta, pero sienten que no pueden o no saben cómo cambiarlo.

A esto se le suma que los problemas de conducta de los hijos pueden generar en los padres temores, enojos, inseguridad sobre la continuidad escolar, etc.. En ningún caso hay que cerrarse, es importante abrir el dialogo con los chicos, tratar de comprender que algo les está pasando,  estar atentos a esos factores que pueden llegar a provocar la mala conducta y no desestimar nada, y buscar ayuda en caso de sentir que no pueden resolverlo.

Encontrar la causa de ese conflicto permite comprender qué es lo que está queriendo decir el niño y ayudarlo; se trata de escuchar, no de castigar.

Es cierto que los límites dan un marco de contención al niño y le permiten saber qué está bien y qué está mal, qué está permitido y qué no, pero también es importante entender que en este momento al niño le está pasando algo que no puede manejar ni controlar por sí mismo, ni expresarlo en palabras como lo haría un adulto, entonces lo hace a través de los actos. Por eso, en estos casos no hay que poner toda la energía en reprenderlo, sino en comprenderlo, para poder ayudarlo.

Los problemas de conducta a veces van disminuyendo al poco tiempo y se resuelven con la intervención de los padres y docentes, pero, si esto no ocurre, puede que se deba a que aún no se encontró la causa del mal comportamiento, que no es más ni menos que un síntoma, una señal de auxilio que está dando el niño.

Es importante consultar a un psicólogo infantil si los problemas de conducta persisten tanto en casa como en la escuela o en otros ámbitos sociales. El psicólogo evaluará la situación global por medio de entrevistas a los padres, sesiones con el niño y, de ser necesario, se comunicará con la escuela para pensar estrategias conjuntas para abordar la situación.
 

Asesoró: Lic. María Paula Gerardi, psicóloga de niños y adolescentes

Niños Psicología del niño y la familia

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