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Somos mucho más que dos…

Es importante recordar que ser padres es un proyecto de dos, que antes de pasar a ser mamá y papá son una pareja, un matrimonio. ¿Porque es importante?

Cuando pensamos en la educación de nuestros hijos, nos ubicamos en el lugar de padres, lugar que nadie nos enseña y que solo comienza cuando nacen nuestros hijos. A partir de ese instante nuestros roles cambian y de dos pasamos a ser tres o más. En ese trayecto comienzan nuevos desafíos, funciones, roles, en la búsqueda de darles lo mejor en todos los aspectos. Sin embargo, en esta búsqueda muchas veces nos olvidamos de mirar a quien primero elegimos en nuestra vida para compartir ese proyecto que hoy es realidad. Nos olvidamos de aquellos momentos donde soñamos juntos en como queríamos formar una familia, que cosas no repetiríamos de nuestras experiencias (que hoy reconocemos como válidas y hasta usamos las mismas palabras) y nos olvidamos que como decía el poeta…” los hijos son hijos de la vida vienen a través de ti pero no son para ti”.

Nadie nace siendo padre, pero tampoco nadie nace siendo hijo, y este vínculo se va creando en el recorrido de la vida misma, con aciertos y desaciertos, con alegrías y tristezas con ánimos y desánimos. Y es en este punto que quiero detenerme para reflexionar y recordar que para lograr aquello que una vez imaginamos, no podemos olvidarnos que esto es un proyecto de dos, que antes de pasar a ser mamá y papá son una pareja, un matrimonio. ¿Porque es importante? porque muchas veces centramos la mirada en los hijos y nos olvidamos que una de las cosas fundamentales que ellos necesitan es vernos juntos enfrentado las distintas situaciones que la vida presenta, en las buenas y las malas reales. Esta imagen permite crear vínculos sólidos, confianza a partir de la cual se va estructurando la personalidad. 

Es cierto que no siempre es fácil y miles de situaciones se pueden presentar pero no olvidemos comenzar por el principio.

Quizás sea tiempo de empezar a mirarnos nuevamente y aunar criterios para aquel proyecto en conjunto que es ser padres, pero sin olvidar que también somos una pareja que necesitamos uno del otro para nuestro crecimiento personal. Educar de a dos es mucho más simple y contiene la riqueza de la complementación y un mensaje de fondo que no se expresa en palabras, se transmite en la presencia, cuidado y atención por aquel con quien elegimos recorrer este camino.

Lic. Andrea Saporiti
Psicóloga- Terapeuta familiar
Master en Matrimonio y Familia. Univ. de Navarra, España

Psicología del niño y la familia