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Toxoplasmosis y embarazo

La toxoplasmosis es una enfermedad que en el embarazo puede resultar peligrosa, pero que con ciertos cuidados es posible evitarla.

¿Qué es la toxoplasmosis?
La toxoplasmosis es una enfermedad producida por un parásito llamado toxoplasma gondii, que no siempre es advertida porque suele ser asintomática y en algunos casos presentar síntomas similares a los de una gripe.

Durante el embarazo hay que prestar especial atención a esta enfermedad y prevenirla porque en casos más graves, además de provocar fiebre, dolor de garganta y erupciones, hasta problemas serios en las meninges, aumenta el riesgo de aborto y de parto prematuro.

Si en los estudios de sangre que se le realizan a la futura mamá para detectarla figura que tiene anticuerpos IgG positivos, significa que ya contrajo con anterioridad al embarazo esta enfermedad y que su organismo está inmune, es decir que ya no podrá contagiársela, o sea que tampoco hay riesgos de que el bebé la contraiga durante la gestación. Si, en cambio, los anticuerpos IgG son negativos, habrá que extremar los cuidados para no contraerla.



¿Cómo se transmite?
Este parásito se puede contraer al consumir carne infectada cruda o mal cocida y también producto del consumo de agua contaminada o de frutas o verduras contaminadas y mal lavadas, o por manipular tierra contaminada y luego tocarse los ojos, la boca o la nariz sin antes lavarse bien las manos.

Otra manera de contraerlo es al manipular las heces de un gato portador del parásito o su bandeja sanitaria y no higienizarse bien las manos.

Es importante saber que el contacto directo con un gato no implica el contagio de esta enfermedad, porque el parásito está en sus heces, no en su cuerpo, y además no todos los gatos son portadores del parásito.

El contacto directo persona a persona tampoco es fuente de contagio de la toxoplasmosis.


¿Cómo se puede prevenir la toxoplasmosis?
Para evitar esta enfermedad es importante:

  • Cocinar bien la carne y lavar bien las frutas y verduras antes de consumirlas. Lavarse bien las manos luego de manipular carne cruda y antes de comer.
  • Evitar los trabajos de jardinería durante el embarazo y en caso de tener que hacerlos, utilizar guantes al manipular la tierra y lavarse bien las manos al terminar.
  • Si hay un gato en casa: Que otra persona se encargue de recolectar diariamente las heces del animal (esto suele reducir el riesgo de infección porque el parásito solo puede trasmitirse luego de las 48 a 72 hs. de la evacuación) y de lavar su caja sanitaria periódicamente. En caso de ser la única que puede hacer estas tareas, utilizar guantes y lavarse muy bien las manos una vez finalizadas; evitar que el animal consuma carne cruda o mal cocida porque puede contraer el parásito; visitar periódicamente al veterinario para cuidar la salud y el bienestar del animal.
  • Para mayor tranquilidad, las futuras mamás que tienen un gato en su casa pueden pedirle al veterinario un estudio para determinar si es portador de toxoplasmosis. Un análisis de sangre es suficiente para verificarlo.
     


¿Tengo que deshacerme de mi gato si estoy embarazada?
El miedo a tener contacto con los gatos producto de que puedan contagiar esta enfermedad, o la duda acerca de si hay que deshacerse o no del gato que está en el hogar durante el embarazo, es común a muchas embarazadas. Sin embargo, no todos los gatos son portadores de este parásito y tampoco son la fuente de transmisión más riesgosa.

Si se infecta -producto, por ejemplo, del consumo de carne cruda de otro animal infectado o agua infectada-, el felino incuba el parásito durante un periodo de entre 3 y 20 días (según la forma en que lo ingiere). Luego de esta etapa, y durante solo 1 mes, libera los ooquistes (lo que forman los parásitos) en las heces, y tras este período, aunque se vuelva a infectar, nunca más liberará ooquistes en su vida (a menos que sufra una baja de defensas muy importante por alguna enfermedad).

Es decir que esto, agregado a que los ooquistes se vuelven infecciosos luego de las 48 a 72 hs. de estar en contacto con el medio, implica un porcentaje de riesgo menor de contraer la enfermedad producto del contacto con las heces del gato doméstico, en comparación al contagio por consumir, por ejemplo, carne cruda o mal cocida, o verduras mal lavadas, que son las formas de contagio más frecuentes.

A modo de prevención, en caso de tener un gato en casa o de estar en contacto con felinos por otras razones,  además de las recomendaciones antes mencionadas, no hay que permitir que ingieran carne cruda o mal cocida o que salgan al exterior donde puedan llegar a cazar ratas o algún pájaro. Que otra persona se encargue de higienizar su caja sanitaria diariamente y mantener el hogar bien limpio.


¿Cuáles son los síntomas de esta enfermedad?
En la mayoría de las personas, incluso durante el embarazo, esta infección no presenta síntomas, por eso es difícil de detectar, y en caso de presentarlos, suelen parecerse a los de un resfrío: fiebre, dolor de garganta, cansancio, dolores musculares, etc.


¿Cuáles son las pruebas que me harán para saber si soy inmune o no?
Uno de los primeros estudios de sangre que indica el obstetra durante el primer trimestre incluye una prueba donde se miden los anticuerpos contra la toxoplasmosis.

Si en el estudio dice que la futura mamá tiene anticuerpos IgG positivos, significa que ya contrajo con anterioridad al embarazo esta enfermedad y que su organismo está inmune, es decir que ya no podrá contagiársela, o sea que tampoco hay riesgos de que el bebé la contraiga durante la gestación. Si, en cambio, los anticuerpos IgG son negativos, habrá que extremar los cuidados antes mencionados para no contraerla.


¿Cuáles son los riesgos de que mi bebé se contagie si contraigo toxoplasmosis durante el embarazo?
Las posibilidades de que el bebé contraiga la infección aumentan trimestre a trimestre. Si la futura mamá se infecta con toxoplasmosis durante el primer trimestre, el riesgo de que el bebé se contagie es de aproximadamente el 15 por ciento. Este riesgo aumenta a cerca de un 30 por ciento al contraerla durante el segundo trimestre y a un 60 por ciento al contraerla durante el tercero.

Sin embargo, hay más posibilidades de que la infección resulte más grave para el bebé si la mamá la contrae en el primer trimestre.


¿Qué tratamiento recibiremos mi bebé y yo si me contagié de toxoplasmosis durante el embarazo?

Si la toxoplasmosis se contrae en el embarazo, es fundamental implementar un tratamiento médico lo antes posible a la futura mamá, y, luego del parto, un tratamiento postnatal al recién nacido en caso de que se haya contagiado.

Durante el embarazo, el médico puede indicar un tratamiento con un antibiótico que reduzca el riesgo de transmitir esta enfermedad al bebé y tal vez indique una amniocentesis para comprobar si el bebé está sano.

En caso de detectarla en el bebé, el médico informará a la futura mamá acerca de los riesgos que esto implica, porque la toxoplasmosis congénita puede afectar el cerebro del niño y otros órganos, mayormente los ojos, produciendo problemas como alteraciones visuales y, en casos más graves, ceguera.

Si el análisis que le hacen al bebé al nacer da positivo, el tratamiento constará de antibióticos durante aproximadamente un año, incluso si no presenta síntomas. Porque hay casos en que los síntomas o señales tardan años en aparecer. Mientras tanto, se le realizarán exámenes especiales para determinar el correcto funcionamiento de los órganos.


Asesoraron: Dra. Marisa David, gineco-obstetra;
Dra. Diana del Río, médica veterinaria

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