Pasar al contenido principal

A mi hija le gusta comer en la cama ¿Debería permitírselo?

Este hábito puede llegar a ser perjudicial justamente cuando se convierte en eso: un hábito. Porque si eventualmente, como una excepción, se deja al niño comer en la cama, es difícil que esto represente un problema. El inconveniente surge a partir de que esto se transforma en una costumbre diaria.Por razones culturales y sociales, lo ideal es que el niño incorpore desde chico el hábito de comer alrededor de una mesa junto a sus padres y que sepa que hay un lugar para comer y otro para dormir. Entonces ¿qué hacer para cambiar un hábito que no es el ideal?: una vez incorporado un hábito, es difícil que el niño no se queje si se los sacan o lo cambian. Por eso, como padres, no sólo hay que estar de acuerdo sino además dispuestos a este cambio, ya que el período de transición es difícil, sobre todo porque un chico no entiende una negativa cuando se trata de algo que le dejaban hacer siempre o casi siempre. Ambos padres deben ponerse de acuerdo para tomar la decisión de interrumpir una rutina e incorporar una nueva. Porque si no coinciden va a ser muy difícil lograr un buen resultado.Cuando la decisión está tomada, lo que hay que evitar sobre todo es dar marcha atrás. Si el niño hace berrinches porque, por ejemplo, ya no lo dejan comer en la cama, hay que mantener la postura y no ceder ante el capricho hasta que acepte las nuevas reglas de la casa.Asesoró: Lic. Alejandra Libenson, psicopedagoga Te invitamos a visitar el Blog de la Crianza de Planeta Mamá, donde la Lic. Alejandra Libenson propone un espacio de acompañamiento, reflexión y consultas sobre temas de crianza

Este hábito puede llegar a ser perjudicial justamente cuando se convierte en eso: un hábito. Porque si eventualmente, como una excepción, se deja al niño comer en la cama, es difícil que esto represente un problema. El inconveniente surge a partir de que esto se transforma en una costumbre diaria.

Por razones culturales y sociales, lo ideal es que el niño incorpore desde chico el hábito de comer alrededor de una mesa junto a sus padres y que sepa que hay un lugar para comer y otro para dormir.

Entonces ¿qué hacer para cambiar un hábito que no es el ideal?: una vez incorporado un hábito, es difícil que el niño no se queje si se los sacan o lo cambian. Por eso, como padres, no sólo hay que estar de acuerdo sino además dispuestos a este cambio, ya que el período de transición es difícil, sobre todo porque un chico no entiende una negativa cuando se trata de algo que le dejaban hacer siempre o casi siempre.

Ambos padres deben ponerse de acuerdo para tomar la decisión de interrumpir una rutina e incorporar una nueva. Porque si no coinciden va a ser muy difícil lograr un buen resultado.

Cuando la decisión está tomada, lo que hay que evitar sobre todo es dar marcha atrás. Si el niño hace berrinches porque, por ejemplo, ya no lo dejan comer en la cama, hay que mantener la postura y no ceder ante el capricho hasta que acepte las nuevas reglas de la casa.


Asesoró: Lic. Alejandra Libenson, psicopedagoga

 

Te invitamos a visitar el Blog de la Crianza de Planeta Mamá, donde la Lic. Alejandra Libenson propone un espacio de acompañamiento, reflexión y consultas sobre temas de crianza

Contenidos Relacionados