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Salsa blanca: un básico para combinar con todo

Ingredientes
  • 50g de manteca
  • 2 cucharadas colmadas de harina
  • ½ litro de leche caliente
  • Sal, pimienta, queso rallado y nuez moscada, a gusto

En una cacerolita, colocar el trozo de manteca y moverlo con una cuchara de madera hasta que se derrita: el fuego no debe estar demasiado fuerte, si no la manteca se quemaría y la salsa sería… marrón.

Retirar del fuego e ir incorporando la harina de a poco, removiendo siempre. Agregar los condimentos. Cuando la manteca haya absorbido toda la harina, empezar a agregar la leche caliente de a chorritos (siempre fuera del fuego), siempre revolviendo, hasta incorporarla toda.

Llevar la cacerola al fuego y cocinar hasta que hierva durante por lo menos un minuto y espese.

Según la cantidad de leche que se agregue, se obtiene una preparación más liviana (ideal para salsear pastas) o más consistente (perfecta para incorporar a rellenos).

Mezclada con verduras cocidas (por ejemplo, espinaca), esta salsa es perfecta para alimentar a los más chiquitos (después de los 6 meses).

Sola y en un recipiente con tapa, la salsa blanca dura un año en el freezer.

Dificultad
Fácil
Tiempo de preparación
15Min
Tiempo de cocción
10Min
Bebés Niños Pubertad y Adolescencia
Comidas Salsas