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Animense, vale la pena!

Me sometí a una fertilizacion in-vitro, ya que no pude embarazarme de modo natural, y aunque el tratamiento es difícil valió la pena, quedé embarazada de mellizos, una niña y un niño preciosos, que aunque fueron prematuros nacieron sanísimos. Así que animense, vale la pena intentarlo todo con tal de vivir la increíble dicha de ser mamá.