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¡A tomar la sopa! Esta vez, de espinaca

Tan llena de hierro y vitaminas, la espinaca es un vegetal, por lo general, odiado por los chicos. Presentarlo como sopa puede ser una opción para que lo incorporen, sobre todo si se lo servís en su taza preferida y con una buena lluvia de queso rallado por encima.

 

Cuando hago sopas bien líquidas, a mis hijas se las doy en taza y con pajita. (También les podés dar una tostada para "mojar"). Aunque no lo crean, eso las predispone mejor frente al brebaje odiado por Mafalda!

 

Y una idea para tener en cuenta es no sumarla directamente a la mesa de la comida sino tenerla como comodín para calentarles una tacita mientras preparamos la cena y vienen a decir que tienen hambre. Al principio, que tengan permiso para tomarla viendo la tele...

 

¿Qué necesitás para hacer esta sopa?

 

- 1 atado de espinaca
- 1 litro de caldo de verduras caliente
- 250cc de crema de leche
- 50 gramos de manteca
- 1 cebolla
- 1 cucharada de harina
- Sal, pimienta y nuez moscada, a gusto
- La parte verde de una cebollita de verdeo, para decorar (o queso rallado)

 

Hacela así:

 

Lavá muy bien la espinaca y dejala sumergida en agua con dos gotitas de lavandina durante cinco minutos. Enjuagá bien y picala incluyendo los tronquitos.

 

En una cacerola mediana, derretí la manteca y rehogá allí la cebolla picada durante unos cinco minutos.

 

Agregá las espinacas y el caldo, revolvé bien con cuchara de madera y dejá cocinar por media hora a fuego mediano, revolviendo de vez en cuando.

Licuá la preparación y volvé a ponerla en la cacerola.

 

Aparte, mezclá bien la harina con la crema, incorporá a la sopa y subí el fuego al máximo para que hierva dos minutos, sin dejar de revolver.

 

Condimentá a gusto y servila decorando cada plato con cebollita de verdeo finamente picada o queso rallado.