Pasar al contenido principal

¿Qué es el Shiatsu?

Con s o con z (Shiatzu), se trata de una técnica japonesa que, en Occidente, se considera una terapia alternativa. Suma de masajes, digitopresión y estiramiento, la disciplina propone liberar la energía y eliminar tensiones, en un clima de absoluto relax.

En las ciudades de Occidente, muchos descubren el Shiatsu recién ahora, pero hay que decir que se trata de una disciplina milenaria que proviene de Japón y que, para lo que para los occidentales es una terapia alternativa, está definido por el ministerio de Salud de Japón como “una forma de manipulación aplicada con los pulgares, los dedos y las palmas de las manos, sin ayuda de instrumento alguno, mecánico u otro, para ejercer una presión sobre la piel con vistas a corregir trastornos internos, promover y conservar la salud y tratar determinadas enfermedades".

La raíz del Shiatsu se encuentra en la medicina china, que llegó a Japón entre el siglo V y VI de nuestra era junto con los monjes budistas. Hoy en día se practican muchas variedades de Shiatsu, aunque las más conocidas son el Shiatsu original y el Shiatsu Zen, que pone énfasis en la relación del Shiatsu con la espiritualidad.

En japonés, Shiatsu significa “presión con los dedos”, y es a través de esta presión que se moviliza el Ki (en japonés) o el Chi (en chino), la energía que circula por los meridianos del cuerpo según la medicina china.

Durante la sesión de Shiatsu, el terapeuta ayuda al paciente a alcanzar una relajación profunda y trabaja los centros de energía básicos de la medicina oriental tanto para prevenir como para tratar enfermedades, contracturas, bloqueos de energía, etc.,  lo que permite que el paciente –con las sucesivas sesiones-, pueda ir alcanzando un estado de equilibrio tanto físico como mental.

A diferencia de otros masajes, las sesiones de Shiatsu se realizan en el piso y el paciente se ubica sobre una colchoneta o futón. Esto le permite el terapeuta trabajar con todo su cuerpo (dedos, manos, codos y pies) sobre el cuerpo del paciente.

Una sesión de está técnica oriental puede durar alrededor de una hora y, si bien se perciben cambios después de la primera, para curar enfermedades liberando la energía bloqueada será necesario que el paciente y el terapeuta acuerden un trabajo a largo plazo, con una frecuencia semanal.

A la sesión conviene llegar con ropa suelta y sin haber comido o bebido en demasía. El embarazo y las enfermedades como el cáncer, la epilepsia, las várices y la osteoporosis deben ser informadas al terapeuta antes de iniciar un tratamiento con Shiatsu.

Después de la sesión no conviene tomar duchas muy calientes, hacer ejercicios físicos violentos ni tener que retomar la actividad laboral intensa inmediatamente: hay que tener en cuenta que el paciente sale en un estado de profunda relajación y que puede necesitar un tiempo para volver al ritmo habitual.

Es importante señalar que el Shiatsu no tiene efectos secundarios y que puede ser una alternativa natural, por ejemplo, para evitar las pastillas para los nervios o los medicamentos para las contracturas musculares.