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Actitud ecológica

Es posible contribuir en el cuidado del planeta cambiando algunos hábitos que no solemos ver como nocivos pero que sin embargo lo son y mucho. Pequeñas acciones pueden ayudar a revertir grandes problemas para el medio ambiente.

Si bien es cierto que lo ideal sería vivir en una casa, barrio, ciudad y país con conciencia ecológica, saber identificar los hábitos cotidianos que resultan contraproducentes para el planeta no deja de ser un buen comienzo.

Tanto dentro como fuera del hogar es posible convertirse en una persona “ecológicamente responsable” con sólo cambiar algunas costumbres.

Por ejemplo, preguntarse si realmente vale la pena utilizar el auto para ir a trabajar o para otro fin, puede ayudar. Porque en el caso de que el destino quede a pocas cuadras, caminar, además de ser una opción saludable, es ecológico. También lo es compartir el auto con otros compañeros de trabajo u optar por la bicicleta o el transporte público para moverse, limitando lo más posible el uso del automóvil.

También hay otras maneras de “pensar y actuar en verde” en el hogar, el trabajo y durante las compras:

En casa

  • Utilizar lámparas de bajo consumo, que significan un ahorro de energía de hasta un 70 por ciento en comparación con las bombitas comunes.
  • Pintar las paredes de los ambientes con colores claros ayuda a aprovechar al máximo la iluminación natural. Un consejo extra: usar pinturas al agua (látex) en lugar de pinturas al óleo o aceite, porque la pintura de látex libera menos vapores nocivos durante el secado.
  • La televisión, el microondas, los equipos de audio, el DVD y las computadoras que estén en stand by siguen consumiendo energía, lo mismo ocurre con el cargador del celular que mientras está enchufado sigue consumiendo. Por eso, lo mejor es desconectar estos aparatos cuando se dejan de usar y siempre apagar las luces de los ambientes en los que no haya nadie. 
  • A la hora de limpiar el hogar, optar por productos biodegradables y hacer un uso conciente del agua.
  • Usar el lavarropas con carga completa y agua fría para el lavado. Evitar meter al cesto de ropa sucia lo que realmente no lo está.
  • Mantener en buen estado los electrodomésticos para que funcionen correctamente. Esto ayudará no sólo a ahorrar energía sino también a ahorrar dinero.
  • Para oxigenar y perfumar el hogar naturalmente lo mejor es optar por plantas de interior y evitar todo tipo de desodorantes en aerosol o productos artificiales. Para tener en cuenta: existen especies de plantas de interior, llamadas descontaminantes, que tienen la capacidad de purificar el ambiente.
  • Al comprar una heladera, freezer, lámpara o equipo de aire acondicionado, conviene elegir los de Categoría A, de acuerdo a su etiqueta de eficiencia energética (equipos de categoría G, que es la más baja,  pueden llegar a consumir tres veces más que los de categoría A).
  • No comprar agua en botellas si la de la canilla es saludable para beber. En caso de que sea muy necesario, comprar agua y/ o bebidas en botellas que sean retornables o en botellones, para reducir lo más posible el consumo de plásticos que terminan en la basura.


En el trabajo

  • Si es posible, elegir notebooks en lugar de computadoras de escritorio porque consumen 5 veces menos electricidad.
  • En caso de tener una computadora de escritorio, tratar de que la pantalla sea LCD, ya que consume menos energía que los monitores comunes.
  • Apagar la computadora y la pantalla durante la comida y al final de la jornada.  Contrariamente a lo que muchos creen, los protectores de pantalla no ahorran energía.
  • Programar la pantalla de la computadora para que se apague cuando no se utiliza. Para hacerlo ir desde el Panel de Control a las opciones de protección de pantalla.
  • Reducir el brillo del monitor: el modo más brillante consume el doble de energía que el modo con menos brillo.
  • Apagar las luces al salir de la oficina y no encenderlas a menos que sea muy necesario. La luz natural no sólo ayuda a ahorrar energía sino que favorece al estado de ánimo. 
  • Imprimir lo menos posible y en caso de que sea muy necesario hacerlo, reutilizar las caras blancas de los documentos impresos como borradores y en los posible fotocopiar e imprimir doble faz.


De compras

El consumo responsable tiene que ver con la elección de los productos y servicios, no sólo en base a su calidad y precio, sino también, por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.

Para consumir responsablemente hay una serie de claves, pero antes de lanzarse a comprar vale preguntarse:

  • ¿Realmente necesito lo que voy a comprar?
  • ¿Quiero satisfacer un deseo? 
  • ¿Estoy eligiendo por mi mismo o es una compra compulsiva? 
  • ¿Cuántos tengo ya? 
  • ¿Podría pedirlo prestado a un amigo o a un familiar?


Si una vez respondidas estas preguntas, sigue siendo necesario comprar, lo mejor es:

  • Usar bolsas de tela en lugar de las bolsas de plástico o de papel que entregan en los comercios. Estos residuos plásticos tardan alrededor de 150 años en biodegradarse.
  • Elegir productos con poco envase o envases tipo repuesto. Porque cuanto menos envase, mejor, ya que el embalaje del producto es sólo un desperdicio. Lo que realmente interesa es lo que está en el interior.
  • A la hora de comprar ropa, mirar la etiqueta y adquirir prendas de algodón orgánico, biológico o ecológico, porque en la producción de algodón no orgánico se utiliza el 25 por ciento del total de todos los insecticidas del mundo y el 10 por ciento del total de pesticidas, que son sustancias tóxicas y contaminantes que destruyen la biodiversidad. 
  • Comprar al por mayor. De esta manera se reduce la cantidad de envases utilizados y el impacto que genera transportar la mercadería.


Para llevar una vida ecológica, sólo basta con incorporar buenas y saludables costumbres, recordar que cualquier actividad que se emprenda implica un consumo y que tratar de evitar el exceso y optimizar el ahorro son maneras de contribuir con el medio ambiente.