Alimentación a partir del primer año de vida

A partir de los 12 meses el bebé ya está lo suficientemente maduro, desde el punto de vista digestivo, para incorporarse en la dieta familiar. En este momento termina el período de ablactación, proceso que comienza a los 6 meses cuando el bebé empieza a incorporar de a poco alimentos sólidos y no solo líquidos y que finaliza cuando se suma a la dieta familiar.

A pesar de que a partir de este momento va a poder comer de todo, es importante tener en cuenta que hay ciertos alimentos que no contribuyen a una nutrición saludable y que hay que limitar. Como por ejemplo:
 

• Chocolates
• Golosinas
• Fiambres
• Embutidos
• Gaseosas

También hay que tener cuidado con otros alimentos que por su tamaño o textura pueden ser difíciles de tragar o pueden producir atragantamiento en el bebé, y tratar de no incorporarlos antes de los 3 años. Como por ejemplo:
 

• Semillas de las uvas
• Tomates cherry
• Frutos secos como nueces o almendras
• Granos de choclo
• La piel de la salchicha
• Maní
• Pochoclos

En el caso de los pescados, estos se incorporan recién a partir del año porque previamente pueden producir algún tipo de alergia. Es importante que al momento de llevarlos al plato del bebé, estén bien cocidos, sin espinas, triturados o cortados en pequeños trozos.

También la miel merece un párrafo aparte porque es otro de los alimentos que no se deben incorporar antes del año de vida ya que puede producir botulismo. Hay pediatras que extienden esta recomendación de evitar la miel hasta los 3 años de edad.

En cuanto a la sal agregada y el azúcar, lo ideal es evitarlas porque no suman nutrientes, al contrario. Es importante que desde pequeños los acostumbremos a conocer el sabor original de los alimentos y puedan comer lo más sano posible, porque lo más seguro es que los hábitos que incorporen de chiquitos, los continúen de adultos.

En cuanto a las bebidas, lo mejor es habituarlos desde bebés a tomar agua si tienen sed y evitar las gaseosas, jugos industriales, etc. Es importante comprender que si el niño la rechaza cuando está pidiendo algo para tomar es porque no tiene sed sino solo “ganas de tomar algo”. En este caso lo ideal es ofrecerle un jugo exprimido o un licuado de fruta con agua hasta que comprenda que el agua será la “bebida oficial” de la familia y acepte tomarla sin problemas. 

Como la nutrición no solo tiene que ver con el tipo de alimentos que se consumen y la variedad, hay hábitos que la familia puede incorporar para lograr una mejor alimentación:
 

• Aprovechar el momento de las comidas para charlar con toda la familia y generar un buen encuentro, saludable a su vez, al menos una vez al día alrededor de la mesa.
• Comer despacio, para una mejor digestión, saboreando cada alimento.
• Evitar el uso de celulares u otros aparatos electrónicos durante las comidas para poder disfrutar de ese momento y alimentarse bien. Porque muchas veces cuando los estímulos como la televisión o el celular están presentes durante el almuerzo o cena, es difícil no comer de más, apurados y sin prestar atención a ese momento tan importante del día para toda la familia.

 
Asesoró: Lic. Gabriela Asenzo, nutricionista
 

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