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Aprendiendo a ser papá

Con frecuencia, nos centramos en la aventura de la maternidad, sin darnos cuenta que obviamos involuntariamente a otro de los protagonistas de la historia: la paternidad.

Procrear juntos


El instinto de procreación es compartido por todos los seres vivos como un resguardo de la continuidad de la vida. A esta ley natural no escapa la humanidad, aun cuando su sexualidad trasciende la reproducción.

Pero lo cierto es que culturalmente existe una diferencia tácita exigida entre los géneros desde tiempos remotos, escondida en el inconsciente colectivo: la mujer será quien geste y eduque al pequeño. Papá, quien procure el abrigo y la subsistencia.

Pero nuestra realidad actual hoy dista de reflejar dichos roles, ya que la evolución psico-socio-cultural ha delimitado otro camino y en ese como mujeres y hombres transcurrimos.....

El nuevo siglo invita y propone, junto a sus nuevas mujeres, una participación mas activa y cercana desde el comienzo de la gestación. Ser padre es en estos tiempos más complejo, pero sin duda una experiencia altamente enriquecedora.

Si de algo podemos estar seguros es de que los cambios en este nuevo rol, permiten un nuevo goce del hombre, permitiendo un vinculo diferente, que va mas allá del de ser el tradicional representante de la autoridad familiar.

Sus expectativas y temores son iguales en su eje principal a los de otrora, pero se han sumado nuevos, que retroalimentan la figura paternal.


Padres último modelo…

Nuestro nuevo "modelo de papá" puede parecer un poco exigente a los ojos del papá de hace cincuenta años atrás.....

Hoy quizás, estará junto a mamá en el test de embarazo interpretando líneas de colores, tratará de imaginar tras las primeras imágenes difusas de una ecografía a su bebé, intentará descifrar el lenguaje de pataditas, transformará su voz en un puente al mundo intrauterino....

Luego seguramente por deseo, elección u obligación "subliminal", aprenderá a respirar en las colchonetas del curso de pre-parto, será quien puje con mamá en la sala de partos, o aquel que tendrá el corazón afuera del cuerpo espiando en las ventanas del quirófano....

Y la historia continua seguramente entre pañales y noches de desvelo, entre sonrisas dedicadas, ampliando un dormitorio o buscando un mejor empleo.

Entre cada hijo y su papá se gesta un espacio de interacción e intercambio que será el que delinea la relación.

No importa si es el primero o si es el último, el despertar a la paternidad se inicia desde pequeño con sus primeros juegos, espejándose en los ojos de su padre y esculpiéndose con la cotidianeidad del vínculo con cada hijo.

Así como a las futuras mamás se cuestionan sobre su rol maternal y su capacidad para ser madres, los futuros padres sienten la misma inquietud.

Buscar ser un padre ideal, convertirse en el que sueñan o desean ser, restablecer sus prioridades y modelos, serán escenas repetidas en la mente del futuro papá.

Por eso es importante que sepamos como sociedad que a ser padres, como a ser madres, también se aprende y que no lo único imprescindible para la especie humana es lo que nos distingue de las demás: el amor y la responsabilidad.

 

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