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Cáncer de pulmón

Esta enfermedad es provocada por el crecimiento anormal de células en los pulmones. No suele presentar síntomas durante sus primeras etapas.


¿Qué es?


Los pulmones cumplen la función llevar oxígeno a la sangre y expulsar dióxido de carbono. El cáncer de pulmón se produce por el crecimiento anormal de células generalmente ubicadas en el tejido que tapiza por dentro las vías aéreas. Esta enfermedad no suele originar síntomas tempranos, y con frecuencia se extiende a sitios vecinos o distantes, motivo por el cual en la mayoría de los pacientes no se logra la curación.

Afecta más frecuentemente a varones a partir de los sesenta años, aunque la incidencia entre las mujeres va en aumento a la par que el hábito de fumar cigarrillos.


Síntomas

 

  • Sensación de falta de aire.
  • Tos, tos con expectoración sanguinolenta.
  • Dolor en el tórax.
  • Pérdida de peso.
  • Cambios en la voz.
  • Hinchazón de la cara y/o el cuello.
  • Silbido al respirar.


Clasificación


Puede clasificarse en dos tipos:

Células pequeñas (microcítico): se encuentra casi exclusivamente en fumadores o ex fumadores. Es menos frecuente aunque suele implicar un peor pronóstico, debido a que generalmente se presenta con metástasis.

Células no pequeñas (no microcítico): si bien es más frecuente en fumadores o ex fumadores, ellos no lo padecen exclusivamente. Incluye distintas variantes, pero el tratamiento indicado en general es el mismo para todos los tumores de células no pequeñas.


Causas y factores predisponentes


Tabaco: es la causa principal de esta enfermedad, debido a que el humo del tabaco reúne múltiples carcinógenos en elevadas concentraciones. El hábito de fumar marihuana también se asocia al cáncer de pulmón.

Exposición a carcinógenos: como ser amianto, uranio, arsénico, algunos productos derivados del petróleo, otros.

Predisposición genética: En algunos casos, las mutaciones genéticas son heredadas.

Riesgos laborales: algunos ámbitos laborales predisponen al cáncer de pulmón por exposición a radiaciones o sustancias como arsénico, cloruro de vinilo, cromatos de níquel, productos derivados del carbón, etcétera.

Radón: es un gas radiactivo, inodoro e invisible, formado en el proceso de descomposición natural del uranio, que liberan fundamentalmente las rocas del subsuelo. Algunos investigadores consideran que sus efectos explican el desarrollo de un porcentaje significativo de los tumores pulmonares.


Diagnóstico

El cáncer de pulmón crece inicialmente sin provocar síntomas llamativos, por eso el diagnóstico precoz tiende a ser accidental. Para diagnosticar la enfermedad, y averiguar la etapa en la que se encuentra, se pueden realizar distintas pruebas:

Citología de esputo: se analiza una muestra de la primera expectoración de la mañana con el microscopio, para determinar si contiene o no células malignas.

Biopsia: se utiliza para confirmar el diagnóstico a través de la toma de una muestra del tejido que se analizará con el microscopio. Puede realizarse mediante la introducción de un tubo - broncoscopio - por la nariz, para alcanzar el tumor en el pulmón. En el caso de no poder realizarse - debido a la ubicación del tumor o bien a impedimentos relacionados con el paciente – se hace una pequeña intervención quirúrgica para extraer el tejido a ser estudiado.   

Mediastinoscopía y Mediastinostomía: se realiza una pequeña incisión en la base del cuello y se introduce un tubo flexible por detrás del esternón, que permite tomar muestras de los ganglios linfáticos mediastínicos (ubicados entre los dos pulmones, en la región central del tórax) para observarlas luego con el microscopio y determinar si presentan células cancerosas.

Estudios por imágenes: permiten observar el interior del cuerpo a través de la utilización de rayos X (radiografía, tomografía computada), campos magnéticos (resonancia magnética), ondas sonoras (ecografía) o sustancias radioactivas (centellograma óseo, tomografía por emisión de positrones).

Tomografía computada: aporta información sobre localización, tamaño, forma y extensión del tumor.

Resonancia magnética: permite captar imágenes muy detalladas de diversos tejidos, que pueden servir para complementar a las obtenidas por tomografía computada. Es especialmente útil para detectar la posible propagación del cáncer hacia el cerebro o la médula espinal.

Tomografía por emisión de positrones (PET): una sustancia radiactiva combinada con glucosa es inyectada en el torrente sanguíneo, y luego rastreada para detectar áreas que la captan en altas concentraciones, indicando la presencia de la enfermedad (ya que las células cancerosas tienden a consumir glucosa en exceso).


Tratamiento


La elección del tratamiento va a depender de las características tanto del tumor (estadío, ubicación, variedad, etcétera) como del paciente (edad, otros problemas de salud, preferencias del paciente, etcétera):

Cirugía: a partir de una incisión en el tórax (toractomía) pueden efectuarse diferentes procedimientos. La extirpación de un lóbulo del pulmón (lobectomía) se reserva para tumores aislados en el interior de un lóbulo, pero en ocasiones es necesario extirpar todo el pulmón (neumonectomía) para no dejar enfermedad residual.

Radioterapia: consiste en el uso controlado de rayos X de alta energía para eliminar las células cancerosas. Esto se puede hacer con técnicas de radioterapia externa, utilizando radiación generada por un aparato llamado acelerador lineal de electrones, que permite dirigir los rayos desde el exterior del cuerpo a un sitio previamente delimitado, o a través de la radioterapia interna (o braquiterapia), basada en la utilización de materiales radioactivos que se colocan directamente en el área afectada por el tumor.

Quimioterapia: es un tratamiento útil para eliminar células cancerosas ubicadas tanto en el origen del tumor primario como en sitios alejados del mismo, ya que los medicamentos, una vez en el torrente sanguíneo, serán llevados a todo el cuerpo. Se administran generalmente por vía endovenosa, pero también hay fármacos preparados para su administración por vía oral.

Es frecuente la combinación de los diferentes tratamientos (cirugía, radioterapia, quimioterapia) con el fin de obtener los mejores resultados posibles.

 

Asesoró: Dr. Marcelo J. Fleischer. Oncólogo integrante del equipo médico del CONAI
(Centro Oncológico de Atención Integral). MN: 108.096
Dra. Mariana L. Moyano. Médica Clínica integrante del equipo médico del CONAI
(Centro Oncológico de Atención Integral). MN: 111.922