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Cómo aumentar el placer en la pareja

En muchos casos, cuando se piensa en volver a recrear el placer sexual de la pareja, se lo relaciona únicamente con la posibilidad de alcanzar orgasmos más intensos, o con más frecuencia. Sin embargo, esta no es la única forma de gozar y de recuperar el placer.

El ejercicio del sexo


La salud física es muy importante para el placer sexual. Un buen funcionamiento del sistema cardiovascular ayuda a mejorar el desempeño sexual, mientras que, por su parte, ejercicios tales como el yoga, la eutonía, diferentes tipos de danzas, promueven una mayor flexibilidad espinal y pélvica, facilitando también la circulación de la energía a través del cuerpo.
 
Y por qué no empezar con ejercitar de modo regular toda la musculatura de la zona pélvica. Este grupo de músculos se encuentran fácilmente orinando, cortando el chorro de orina y volviendo a orinar. Es algo así como: cerrar, sostener contando hasta tres, y abrir.  Es importante, una vez que se perciban estos músculos, repetir el ejercicio tres veces por día, en series de 15 repeticiones y aumentar el número de cada serie semanalmente.
 
Este ejercicio es muy beneficioso para los hombres que deseen lograr una mayor intensidad en el orgasmo, y para la salud general de la zona pélvica. Las mujeres se verán beneficiadas logrando una sensación de mayor comodidad y control sobre la zona vaginal, un aumento de su capacidad orgásmica, y una prevención de los problemas de salud mas comúnmente experimentados por la gente adulta, como por ejemplo la incontinencia.

 

La importancia de una dieta saludable

 
Admitir que una dieta saludable es importante para la sexualidad presupone derribar un mito: muchas personas han oído que el alcohol, la marihuana, la cocaína, y otro tipo de drogas aumentan el placer sexual. Lo cierto es que estas drogas pueden proporcionar un comportamiento sexual más desinhibido, pero este beneficio no es nada en comparación con los efectos negativos a largo plazo que provocan, tanto en el funcionamiento como en el placer sexual.
 
También se debe tener un gran cuidado con la medicación que se toma. Muchos medicamentos tienen efectos secundarios que reducen el placer sexual. Las medicaciones que combaten la depresión, la hipertensión, las alergias, y muchos otros desordenes, pueden disminuir el deseo sexual o deteriorar el rendimiento sexual, al menos por un cierto tiempo. Antes de consumir cualquier medicación, lo más indicado es consultar al médico para saber si afectará la vida sexual. 

 

Buscar el espacio apropiado


Es fundamental encontrar diversos momentos y contextos para jugar con la pareja, en ese juego donde lo sensual, lo erótico y lo seductor se entrelazan y danzan de modo permanente.

Muchas veces, las parejas suelen destinar un tiempo fijo para su “rutina” sexual, como por ejemplo quince o diez minutos, tres veces por semana. Es esta una maravillosa forma de lograr que la vida sexual pierda todo tipo de misterio y emoción, y termine siendo un trabajo más, una de las múltiples obligaciones, que, inevitablemente, deteriorarán el erotismo.
 
Si bien es cierto que mantener un encuentro sexual, como una especie de “fast sex” en momentos robados al día, puede ser una muy buena forma de aumentar el placer, buscar momentos en los que la pareja esté descansada y relajada, y en los que el tiempo pierda su carácter de finito, puede significar un encuentro maravilloso.
 

Valorar todas y cada una de las sensaciones


Culturalmente aun prevalece y sobre todo entre los jóvenes, aquel mito de “sexo igual a penetración” lo cual los y las lleva a focalizar el placer sexual en el estímulo genital y el desbloqueo orgásmico. Es así como menosprecian otras experiencias sumamente sensuales como las caricias y los besos en todo el cuerpo, besos profundos, besos piquito, pequeños mordiscos, besos y mas besos.

Desconocen que las personas que más conformes están con su vida sexual, son las que le dan importancia a estas cuestiones y que la sensualidad de una persona se extiende a cada parte de su cuerpo.

Es muy importante recrear una experiencia sensual atendiendo y gozando tanto del placer no genital como del placer genital. Tocarse cada parte del cuerpo de maneras imaginativas y variadas, utilizar diferentes tipos de iluminación (velas), olores (sahumerios), sonidos (música), y contextos (no siempre el dormitorio) para aumentar el entusiasmo y la alegría.


 
Una buena comunicación externa e interna
 

El placer sexual comienza con uno mismo. El aumento del placer erótico significa también una mayor aceptación del propio cuerpo, la mente, y el espíritu. Es fundamental no sentirse ni tenso ni inhibido y para lograrlo se puede, previamente a la relación, explorar el propio cuerpo, descubriendo así las sensaciones que más se disfrutan, junto con las condiciones particulares.

Entonces sí, bajo condiciones de respeto mutuo, descubrir también qué cosas hacen gozar más a la pareja, y comunicarle las propias, mantener una charla abierta donde cada uno pueda decirle al otro qué le gusta y qué no le gusta. El erotismo incluye el juego, la imaginación y la fantasía.


Asesoró:  Lic. Diana M. Resnicoff
Psicóloga clínica. Sexóloga clínica.