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¿Cómo lograr que mi hijo tome agua?

El agua debería ser la principal fuente de hidratación en el hogar. Te contamos por qué y cómo lograr que tomen agua si ya se acostumbraron a otras bebidas.

¿Por qué es bueno que los niños tomen agua?
El cuerpo necesita hidratarse para seguir funcionando y el agua, siempre que sea segura, es la fuente más beneficiosa porque el organismo la digiere muy fácilmente y no contiene grasas, calorías, colorantes, conservantes, sodio, etc. que sí podemos encontrar en las bebidas industriales como jugos en polvo o preparados, aguas saborizadas, gaseosas, etc.

¿Cómo lograr que “les guste”?
Lo ideal es que el agua sea la bebida habitual desde que el bebé empieza a comer (alrededor de los 6 meses). Si en casa solo se toma agua, el niño la incorporará sin problemas; en cambio, si desde pequeño le ofrecen jugos, gaseosas, etc. es probable que no le guste el agua porque fue acostumbrado a saciar su sed con algo dulce y “rico”.

Si ya se acostumbró a las bebidas dulces y decidimos que el agua se convierta en la bebida principal de la casa, podemos quitar las otras bebidas de una vez, dejando solo agua en la heladera (y aguantar las quejas de niños y adultos por un tiempo), o probar con estrategias graduales. Por ejemplo:

  • Permitir que tome jugo solo con las comidas, y que cuando en otras oportunidades sienta sed tome agua, hasta que la vaya incorporando.
  • Si el problema es la falta de sabor, cambiar el jugo por agua con rodajitas de naranja, limón u otro cítrico hasta que se acostumbre.
  • Dejarles un vaso de agua al lado de la cama por si se despierta con sed, y ofrecerle agua ni bien se levanta.
  • Colocarle una botellita de agua fría en la mochila para que tenga qué tomar camino al colegio.
  • Ofrecerle agua cuando hace alguna actividad intensa, después de jugar, cuando está en el parque, etc. para que la vaya incorporando en distintas situaciones.
  • Como el agua bien helada suele ser más tentadora, tener siempre una jarra o botella bien fría en la heladera u ofrecerle agua con hielo.
  • Si es chiquito, podemos comprarle un vaso con su personaje favorito y/o sorbetes con formas para que le resulte más divertido tomar agua.


Lo fundamental es que los adultos demos el ejemplo y que todos los integrantes de la familia tomen agua de manera que se convierta en un hábito saludable para todos y no en un “castigo” para el chico.

¿Agua de la canilla o en botella?
Si es agua potable suministrada por red (agua corriente), el agua de la canilla es perfecta e ideal para hidratarse, aunque su sabor puede ser un poco “especial”. En muchos casos suele tener un porcentaje de flúor beneficioso para los dientes ya que este agregado previene las caries, pero también un sabor a cloro un poco fuerte, que se puede solucionar colocando un filtro.

Si no estamos seguros de que se trata de agua potable, tenemos dos opciones:

1- Hacerla segura para su consumo colocando dos gotas de lavandina por cada litro de agua, y dejándola en reposo durante 30 minutos antes de consumirla; o hervirla hasta que salgan burbujas durante 3 minutos, y esperar a que se enfríe para consumirla. Si está muy sucia, antes de hervirla o ponerle lavandina podemos filtrarla con una tela limpia para quitar las impurezas. 

2- Optar por agua embotellada, aunque esto no garantiza que se trate de agua mineral natural, a menos que lo especifique en la etiqueta. Las llamadas “aguas de mesa” (en bidones o botellas), “mineralizadas artificialmente”, etc. suelen ser agua de napa o red tratadas para mejorar su sabor y color o con minerales agregados artificialmente.

¿El agua es mejor para hidratarse que el jugo de frutas 100 por ciento natural?
El agua es mucho mejor para hidratar al organismo que el jugo de frutas, aunque sea totalmente natural.

Si consumimos jugos de fruta en exceso lo que hacemos es aumentar el aporte de calorías, como hidratos de carbono (fructosa), en una forma muy similar a cuando tomamos una gaseosa. El azúcar se incorpora rápidamente al organismo y se transforma más fácilmente en grasa.

Por otro lado, el aporte de calorías de estos jugos provoca saciedad, lo que lleva a consumir menos alimentos necesarios para un óptimo crecimiento.

A las frutas es mejor comerlas de a poco y en trozos, que de a muchas y en jugos.

¿Le puedo ofrecer agua con gas o es preferible que sea sin gas?
La única diferencia entre el agua sin gas y el agua con gas es la adición de ácido carbónico, que es lo que genera las burbujas. De todas maneras, si bien es una opción, el agua con gas puede generar más sensación de saciedad.

Lo ideal, entonces, es que el niño se acostumbre a tomar agua sin gas cuando tiene sed y durante las comidas. Solo es cuestión de tiempo y hábito.


Asesoró: Dra. Marisa Jaitt, pediatra

Niños Nutrición infantil