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¿Cómo pasar las fiestas cuando los padres tienen diferentes credos?

¿Cuándo las creencias suman festejos?

Podemos pensar cómo ayudar a toda la familia y especialmente a los hijos a disfrutar de las fiestas cuando los padres son de diferente religión o quizás alguno de los dos no practica ninguna.

Es un gran tema e invita a pensarlo desde la generosidad y no desde el egoísmo.

Es una oportunidad de aprendizaje para los niños y sus padres, el mostrarles un modelo donde las diferencias acercan, suman, comprometen e invitan al respeto por el otro aunque no sea, no piense, no crea o no actué igual a mí.

Los niños demandan más de lo que necesitan en general, y es una condición propia de la infancia. El tema es cuando piden armar el arbolito, reclaman un papa noel, regalos o se cuestionan si vendrán o no los reyes magos. Y estos pedidos se superponen a veces de manera conflictiva a con quién pasar las fiestas y de qué modo sin que dos realidades diferentes los “confundan”.

La gran salvadora en estos casos es la palabra, la posibilidad de hablar con ellos y contarles cual es nuestra postura frente al tema.

Observar en cada familia qué fiesta es importante y cuáles son los rituales que se desean conservar que hacen a ese momento a veces mágico y qué se está dispuesto a renunciar.

Ver cual de las dos religiones prevalece durante el año y habitualmente y como consecuencia de ello continúa en las fiestas y cómo aquel papá que no la comparte o respeta, la vive sin sentirse “excluido”.

Esta posibilidad sólo se logra con acuerdos previos entre adultos. Y forma parte del “contrato” que por lo general se va gestando cuando nos hacemos preguntas en los primeros tiempos de la pareja o ante la inminente llegada del primer hijo.

Por ejemplo: ¿Cómo vamos a hacer cuando nazca nuestro hijo?, lo bautizamos, le realizamos la circuncisión, a qué escuela va a ir, religiosa o no? Y el club, y sus amigos?

El tema de las fiestas es consecuencia de estas primeras preguntas que se irán respondiendo y poniendo en acción con el correr del tiempo.

¿Qué desea transmitir o inculcar cada papá y mamá de su religión en las fiestas?

¿Qué cosas son compartidas por ambas religiones y pueden transmitirse y disfrutar juntos? Y cuáles pueden vivirse con cada uno de sus padres en diferentes momentos. Por ejemplo Navidad y Januca.

Un tema es las religiones y las prácticas de cada uno y otro aspecto dentro de él son las festividades entendidas como espacios de encuentro familiar y social.

Facilitar ese momento para que sea un espacio de encuentro, de alegría, de felicidad y de cierto consenso. Lo que implica nuevamente la aceptación y la suma.

Puede haber un “arbolito laico” en casa y uno completo en la casa de un abuelo o abuela o viceversa.
Y así sin número de ejemplos que ameritan flexibilidad, ganas de pasar ese momento de reuniones con el placer de ver disfrutar a los chicos y que los grandes sientan que hay algo de ellos en cada gesto.

Cuando hablamos de transmitir valores, normas y modelos, también es importante el cómo abordamos este tema.Tener la posibilidad de sumar festejo, sumar ambas creencias, sumar deseos, es acercar desde cada uno de sus padres a ese niño a que luego, cuando crezca, pueda elegir con libertad su propio camino.

 

Hijos