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Convulsiones

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¿Qué es una convulsión?
Es un trastorno súbito de la función y de la actividad eléctrica de las neuronas que descargan en forma exagerada o desorganizada los impulsos eléctricos.


¿Cómo es una convulsión?
En forma repentina el niño se desvanece, se pone rígido, presenta contracciones o sacudidas de una parte o de todo el cuerpo, le sale espuma por la boca, mientras la respiración es ruidosa o se interrumpe por unos segundos; la mandíbula se contrae, la mirada está perdida o con movimientos abruptos de los ojos. El niño no responde o presenta movimientos o conductas repetitivas o anormales, habitualmente tiene relajación de esfínteres con pérdida de orina o materia fecal. Al finalizar la convulsión el niño suele quedar confuso o somnoliento 

No siempre se producen todas estas manifestaciones que varían según la causa de la convulsión.


¿Cuánto dura una convulsión?
Su duración suele ser breve de pocos segundos o minutos; rara vez excede los 15 minutos.


¿Cuáles son las causas de una convulsión?
La convulsión es un síntoma. Las causas que pueden desencadenar una convulsión son muy variadas. Algunas tienen su origen en afecciones del propio cerebro y otras son trastornos del organismo que repercuten en el cerebro

Las causas pueden deberse a múltiples problemas como:

  • Aumento de la temperatura corporal: Fiebre, golpe de calor 
  • Trastornos del Metabolismo: deshidratación, alteraciones de la glucosa, calcio, magnesio, sodio y otras sustancias del organismo 
  • Infecciones: encefalitis, meningitis, absceso cerebral 
  • Afecciones del cerebro: epilepsia, hemorragias, tumores, traumatismos, malformaciones 
  • Enfermedades genéticas. 
  • Falta de Oxigenación, por problemas respiratorios o asfixia 
  • Intoxicaciones por medicamentos, drogas, picaduras ponzoñosas, venenos 
  • Reacciones por frustración o enojo en niños pequeños: espasmos de sollozo


¿Son graves las convulsiones?
La gravedad varía según la causa que las provoque. Las convulsiones de corta duración, por si mismas no son graves, las convulsiones febriles son benignas y no dejan daño; las muy prolongadas o las producidas por infecciones o hemorragias del cerebro implican mayor gravedad.

El daño posterior o las secuelas están relacionados con las causas que provocaron la convulsión; muchas de ellas no dejan ningún daño o discapacidad.

Conviene recordar que una convulsión no provoca la muerte.


¿Cómo se trata una convulsión?
La convulsión siempre es una emergencia por lo que es conveniente trasladar al paciente al servicio de salud más próximo.

Es fundamental hacer un diagnóstico preciso de su causa tan pronto cede la convulsión. El examen del médico pediatra, la consulta con el neurólogo infantil y la posibilidad de realizar estudios complementarios y análisis, permitirán identificar la causa e iniciar el tratamiento del proceso que la originó.

Completado el estudio y la evaluación, el pediatra o el neurólogo infantil podrán explicarle mejor la causa de la convulsión y los cuidados futuros en caso que los necesite.


¿Qué hacer ante un niño que está con una convulsión?

Primeros auxilios:

  • Mantener la calma, y recordar la lectura de este escrito 
  • Acostarlo boca arriba o de costado si vomita 
  • Mirar el reloj (al inicio y al final) para contar los minutos de su duración 
  • No sujetarlo, no impida que se mueva, a no ser para protegerlo de golpes o caídas (alejar mesas, sillas, objetos contundentes) 
  • Aflojarle la ropa 
  • No dejarlo solo 
  • Observar qué le sucede, cómo se comporta, serán datos muy útiles para brindárselos al médico 
  • No introducir ningún objeto ni los dedos en la boca, no intente tomarle la lengua, no se atragantarán. Puede lastimarlo más 
  • La convulsión cede sola. No es necesario sacudirlo ni golpearlo ni echarle agua fría ni hacerle aspirar alcohol 
  • No es necesario reanimarlo. Recuperará la respiración y el color sin ayuda 
  • No le administre por su cuenta medicamentos, ni agua, ni sal durante la convulsión o inmediatamente después 
  • Organizar el traslado al centro asistencial más próximo 
  • Trasladarlo con cuidado, respetando el tránsito. La convulsión no mata, un accidente de tráfico sí
  • No es necesario mantenerlo despierto cuando la convulsión cesa
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