Pasar al contenido principal

¿Cuándo puedo empezar a darle golosinas a mi hijo?

Lo mejor es retrasar lo más posible el consumo de golosinas porque no aportan ningún nutriente. Una vez que el niño comienza a comer golosinas, hay que dárselas de manera aislada y nunca como reemplazo de alguna comida.

Por lo general los pediatras recomiendan retrasar el consumo de golosinas lo más posible, por lo menos hasta que el niño cumpla los dos años.

Las golosinas de por sí no ofrecen ningún nutriente y contienen mucha azúcar, por eso y teniendo en cuenta que los más chicos están en pleno proceso de desarrollo, hay que limitar su consumo para evitar caries, obesidad y otros problemas de salud relacionados con el exceso de azúcar.

También hay que evitar darle a los chicos menores de 4 años chicles o caramelos duros porque pueden atragantarse. 

Es importante no utilizar las golosinas como reemplazo de alguna comida, o entre comidas, porque no alimentan nada, contribuyen a que se formen caries y pueden quitarle el hambre a los chicos. Si al niño le gusta mucho lo dulce, darle trocitos de fruta y dejar las golosinas sólo para ocasiones especiales, retrasando su consumo lo más posible.

Las golosinas son el enemigo número uno de los dientes. Una vez que aparecen los dientes en un bebé, éstos deben ser cepillados 2 veces al día: usar un cepillo dental infantil ( cabezal pequeño y mango largo) y un poquito de pasta con 1000 a 1500 partes por millón de Flúor, del tamaño de un granito de arroz. A partir de los 3 años (cuando saben escupir el exceso) ya utilizamos la misma cantidad de pasta que los adultos (tamaño de una lenteja).

Los padres o cuidadores deben dosificar la cantidad de pasta y cepillarle los dientes al niño hasta que adquiera la destreza suficiente, alrededor de los 7/8 años, por ejemplo cuando aprenda a escribir en cursiva.

Bebés Nutrición del bebé Niños Nutrición infantil

Contenidos Relacionados