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Diabetes gestacional

La diabetes gestacional puede traerle complicaciones tanto al bebé como a la mamá. Sin embargo, si es diagnosticada tempranamente, es posible controlarla y llegar al parto sin problemas.

La diabetes gestacional (DG) es un tipo de diabetes que solo se desarrolla durante el embarazo y que se debe a una alteración en la tolerancia a los hidratos de carbono por parte del organismo. Se manifiesta con el aumento de la glucemia (azúcar en sangre) de la mamá embarazada, y es detectada, por lo general, en la segunda mitad del embarazo, principalmente después de la semana 20 o 22.  

¿Quiénes son más propensas a sufrir diabetes gestacional?
Los factores que aumentan el riesgo de padecer diabetes gestacional son:

  • Haber tenido diabetes gestacional en embarazos anteriores
  • Haber tenido anteriormente hijos con peso al nacer mayor a 4 kilos
  • Obesidad en el embarazo
  • Hipotiroidismo actual o en embarazos previos
  • Abortos repetidos


Como por lo general esta enfermedad no presenta síntomas o estos son muy leves y difíciles de detectar, es importante realizar los estudios indicados por el médico para diagnosticarla.

¿Cómo se puede detectar la diabetes gestacional?
Para detectarla, se realiza un estudio que se llama Prueba de tolerancia a la glucosa, en el se le toman muestras de sangre a la futura mamá, antes y después de que haya ingerido un preparado especial hecho con agua azucarada y limón. Si el resultado, después de dos horas de la ingesta, da mayor a 140 mg%, hay que hacer un tratamiento.

Este estudio es indicado, por lo general, entre las semanas 24 y 28, a menos que la mamá tenga factores de riesgo que indiquen una posible diabetes gestacional y que requieran hacerlo antes.

¿Cómo es el tratamiento de la diabetes gestacional?
El tratamiento comienza con un plan alimenticio saludable. Hay que dejar de lado los dulces, las gaseosas colas, y las harinas principalmente, y comenzar con una dieta rica en frutas y verduras,  pescado, pollo sin piel y carne sin grasa, leche y yogur descremado. A lo que se suma el ejercicio físico.

Si la dieta y algo de actividad física, como caminata o natación, no son suficientes para bajar el azúcar en sangre, se debe comenzar el tratamiento con insulina. La insulina lo que hace es ayudar a que el azúcar, en lugar de quedarse circulando por la sangre, ingrese a las células para producir la energía necesaria para el cuerpo.

Es muy importante tratar esta afección con cuidado y seguir los consejos del médico porque involucra riesgos tanto para la mamá como para el bebé.

Además del tratamiento, la futura mamá con diabetes gestacional debe realizar controles más seguidos y estar en continua comunicación con el equipo médico interdisciplinario del obstetra (diabetólogo, nutricionista y neonatólogo) para tener un embarazo controlado y llegar al parto de la mejor manera posible.  


¿Qué riesgos tendrá el bebé en el embarazo?
Cuando la diabetes gestacional aparece, la sangre contiene mucho azúcar y esto le llega directamente al bebé, haciendo que engorde por demás. Entonces, puede pasar que pese más de 4 kg al nacer, y que, al ser tan grande, se produzcan complicaciones en el parto, como, por ejemplo, distocia de hombro, que es cuando el hombro del bebé queda encajado en el canal de parto, lo que puede llevar a que se produzcan lesiones en su hombro u otras complicaciones más severas.
 
Otros de los riesgos que vienen de la mano de la diabetes gestacional son:

  • Polihidramnios (volumen excesivo de líquido amniótico)
  • Alteraciones en la maduración pulmonar 
  • Mayor necesidad de cuidados intensivos en neonatología


¿Qué riesgos corre la mamá con diabetes gestacional?
Los riesgos para la mamá tienen que ver, en parte, con lo mencionado anteriormente:

  • Parto complicado
  • Mayor riesgo de infecciones
  • Mayores posibilidades de que el parto sea por cesárea o de que haga falta utilizar fórceps
  • Mayor riesgo de padecer diabetes gestacional en el próximo embarazo
  • Dificultad para bajar de peso luego del nacimiento del bebé
  • Tener diabetes tipo 2, años después del parto

 
Después el parto, ¿la mamá seguirá teniendo diabetes?
Por lo general, la diabetes desaparece luego del parto, pero al haberla tenido se es más propensa a desarrollar diabetes gestacional en un próximo embarazo y/o a desarrollar diabetes tipo 2 en un futuro. Por eso, es fundamental continuar con los controles médicos, llevar una dieta sana y realizar ejercicio físico para mantener el peso bajo control.

¿La diabetes gestacional puede afectar al bebé después del parto?
Como el bebé estuvo recibiendo altos niveles de azúcar producto de la diabetes gestacional, su páncreas desarrolló mayor cantidad de insulina para que toda esa azúcar entre a sus células. Al nacer, la cantidad de azúcar baja y se normaliza, pero su páncreas sigue produciendo insulina en cantidad y esto puede hacer que sufra de hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre), ya que la insulina está consumiendo demasiada azúcar o glucosa, ahora que los niveles están normales.

De todas maneras, si los médicos detectan en el bebé un nivel de azúcar en sangre bajo, le pedirán a la mamá que lo ponga al pecho enseguida o, de no ser posible, le darán un poco de leche de fórmula o agua con glucosa.

La diabetes gestacional no contralada también puede producir mayor riesgo de que el bebé desarrolle ictericia, policitemia (incremento de los glóbulos rojos en sangre) e hipocalcemia (poco calcio en la sangre). Por otro lado, en casos severos, el bebé puede tener afectadas las funciones del corazón.

Por todas estas razones, es muy importante realizar los controles indicados por el médico y el tratamiento necesario para controlar la diabetes gestacional.

 

Asesoró: Dr. Damián Ezequiel Levy
Especialista en Obstetricia
y Ginecología del Sanatorio Modelo de Caseros

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