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El autismo

En la Argentina el autismo no es un trastorno muy reconocido y su diagnóstico y tratamiento puede ser difícil. Existen métodos que permiten detectar si un niño está en riesgo ya a partir de los 18 meses de vida y el examen de detección puede realizarse durante un control rutinario del niño sano.

¿Qué es el autismo?

Los trastornos del espectro autista (TEA) consisten en un complejo trastorno neurobiológico que altera las capacidades de comunicación y relación. Los síntomas pueden ser desde muy leves hasta muy graves, según el grado de pérdida de las habilidades sociales y de comunicación, y la aparición de comportamientos repetitivos, obsesivos y/o rutinas rígidas.

El autismo en un sentido estricto es un conjunto de síntomas que afectan la conducta.

Las personas con TEA pueden tener:

  • Respuestas extrañas a estímulos sensoriales (hipersensibilidad al sonido, al tacto, a las luces y olores, umbrales altos al dolor)
  • Una amplia gama de síntomas en su comportamiento (hiperreactividad, déficit de atención, impulsividad, agresividad, conductas auto agresivas y rabietas; cambios inexplicables del estado de ánimo, falta de respuesta a peligros reales, o inversamente temor inmotivado)
  • Frecuentes alteraciones en la conducta alimentaria y en el sueño.


Señales de alerta

Si el bebé muestra alguno de estos signos, es importante solicitar un examen inmediato al pediatra o médico familiar:

  • No sonríe ampliamente ni hace ninguna otra manifestación de placer o alegría a los 6 meses o más tarde.
  • No responde por imitación a sonidos, sonrisas, ni ninguna otra expresión facial a los 9 meses o más tarde.
  • No balbucea a los 12 meses.
  • No responde por imitación a gestos como señalar, mostrar, estirar la mano o saludar a los 12 meses.
  • No dice palabras a los 16 meses.
  • No produce frases coherentes de dos palabras (sin imitar ni repetir) a los 24 meses.
  • No responde cuando se lo llama por su nombre al cumplir los 10 meses.
  • Pierde la capacidad de hablar, balbucear, o habilidades sociales, a cualquier edad.


Diagnóstico

Es importante distinguir el autismo del retraso mental. Hoy día existe acuerdo en cuanto a considerar que el retraso mental o déficit psíquico es una característica que no tiene por qué formar parte del diagnóstico de los trastornos generalizados del desarrollo, siendo importante que, cuando esté presente, se diagnostique por separado.

Generalmente los trastornos del espectro autista suelen diagnosticarse con certeza a los 3 años, pero los primeros diagnósticos surgen entre los 18 y los 24 meses, cuando padres o maestros notan conductas inusuales o falta de conductas que presentan otros niños de la misma edad.

Algunos padres notan diferencias al nacer, y otros notan la pérdida de capacidades en un
determinado momento del desarrollo. En estos últimos casos suele no prestarse atención a los signos del autismo, entendiendo que el niño “se normalizará”, y perdiendo precioso tiempo de intervención precoz.

No existen en la actualidad medios de prevención ni una cura reconocida, sin embargo, existen tratamientos combinados que apuntalan las capacidades comunicativas, sociales y cognitivas; de las investigaciones surge con la intervención temprana de al menos dos años en edad preescolar, muchos niños tienen importantes avances. La intervención debe comenzar inmediatamente luego del diagnóstico.

Ningún caso es igual a otro: hay tantos casos como personas afectadas. Si como padre uno siente inquietudes sobre su niño, hablar con el pediatra para la realización de estudios de detección de trastornos de espectro autista es fundamental.


Fuente: Padres de Hijos con Autismo
www.tgd-pa dres.com.ar

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