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El lenguaje adolescente en las redes sociales: ¿por qué se hablan así?

Leer comentarios “subidos de tono” entre nuestros hijos y sus amigos en las redes sociales puede resultar desconcertante, pero, ¿hay que hacer algo o mejor no meternos?

Cuando leemos los comentarios que nuestros hijos y sus amigos se dejan en las redes sociales es normal que no salgamos del asombro. Entre los más suaves, comentarios de una amiga a la otra como “Te amo, hermosa” “Qué potra sos” son un ejemplo de las expresiones que adolescentes y preadolescentes usan en Facebook, Instagram, etc. ¿Está bien que se hablen así? ¿Debemos permitirlo?

En realidad, la manera de tratarse y de hablar de los adolescentes siempre fue cuestionada. Basta con recordar la propia adolescencia para confirmarlo. Sucede que una de las características en la adolescencia es la creación y apropiación de nuevos términos que no son habituales en la generación anterior y que por eso a los padres les cuesta aceptar. 

Con respecto al lenguaje de hoy en día a esta edad, la característica es que está impregnado de sexualidad -al igual que lo que se ve en los medios y en la calle-, y que a los adultos puede resultarles más chocante porque lo ven por  escrito y en un espacio público o semipúblico como las redes sociales.

¿Qué hacer cuando vemos este tipo de expresiones? En primer lugar, hay que reconocer que lo que se lee es el tipo de diálogo que uno tenía en su adolescencia cuando salía con amigos o a puertas cerradas en su habitación, con palabras distintas, pero con ese trato típico entre amigos. La diferencia ahora es que en lugar de ser íntimo, es visible para todos a través de las redes sociales. 

No aceptar y batallar contra esta forma distinta de expresarse puede complicar las cosas y llevar, por ejemplo, a que el adolescente termine creando otra cuenta de Facebook, escondida de sus padres, para que no lo “censuren” o no le hagan tantas preguntas y cuestionamientos.

Por eso, la sugerencia es evaluar cada caso y no reaccionar de la misma manera frente a todos los comentarios. Distinguir entre aquello que puede “sonarnos mal”, para dejarlo pasar, y aquello que resulta realmente inadmisible, para no permitirlo. El límite puede ser muy fino dependiendo de cada familia, pero es importante distinguirlo para no entrar en "guerra" con el adolescente.

Lo que sí es fundamental es marcar una diferencia entre la manera en que los adolescentes se dirigen entre ellos y la que utilizan al hablar con sus padres, abuelos, profesores, etc., tanto en la web como en la vida real.

En este sentido, si el adolescente tiene a sus abuelos como amigos en alguna red social, se le puede sugerir que utilice una configuración de manera que ellos no vean todo lo que publica o se escribe con sus amigos, o que directamente los elimine y comparta otros espacios con ellos.

Pretender que a esta edad los chicos actúen como un adulto o como uno actuaba en su adolescencia puede ser contraproducente. Esto no quita que los padres puedan explicar, desde el amor y el cuidado, que así como ciertas cosas pueden hacerse en ciertos lugares, el lenguaje y el trato debe ser utilizado según la ocasión y la compañía.

 

¿Cuándo preocuparse?


Por más que los chicos la tengan superclara con la tecnología, siguen siendo chicos y necesitan de la mirada atenta y del acompañamiento de sus padres.

La web tiene sus peligros al igual que la vida real, por eso, más allá de abrirse a esta nueva manera de hablar entre adolescentes, es importante estar atentos y ante cualquier comentario extraño o desubicado de un desconocido o de una persona que no es de confianza hablar con el adolescente para saber quién es esa persona y para que, de ser necesario, lo elimine o lo bloquee.

Saber manejar las redes, estar actualizados y al tanto de lo que nuestros hijos hacen en ellas es una manera de cuidarlos.


Asesoró: María Esther De Palma, presidente de la
Sociedad Argentina de Terapia Familiar

 

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