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Esterilización: La necesidad de una rigurosa higiene

Amigdalitis, faringitis, afecciones bucales, gastroenteritis… son algunas de las infecciones que podría padecer tu bebé si no lavas con cuidado los accesorios que usas para alimentarlo.

Amigdalitis, faringitis, afecciones bucales, gastroenteritis… son algunas de las infecciones que podría padecer tu bebé si no lavas con cuidado los accesorios que usas para alimentarlo.

Tu hijo fabrica sus propios anticuerpos a medida que entra en contacto con los gérmenes de la vida diaria. Lo que ocurre es que ese contacto debe hacerse de forma progresiva y en los primeros meses, cuando esta desarrollando sus defensas, la higiene es muy importante. Por eso es imprescindible la esterilización de sus accesorios durante todo el tiempo que tu pediatra dictamine, que en general es hasta el año.

Primero se deben lavar con agua y jabón todos los accesorios y elementos de lactancia como por ejemplo las partes del sacaleches. Una vez que estén bien limpios, hay que esterilizarlos con el método que elijas.

Antes de darle las tomas, acordate de lavarte las manos.

Existen varios métodos de esterilización. Todos son eficaces siempre y cuando respetes los tiempos marcados por el fabricante del producto.

  • El método "de toda la vida" es hervir los accesorios durante unos 10 minutos en un recipiente grande en el que queden sumergidos por completo, y no toquen los bordes. Debés estar atenta para evitar que los materiales se quemen o fundan. Luego, sacálos con una pinza y dejálos escurrir sobre un papel secante de cocina. Con las manos bien limpias, monta el sacaleches o lo que sea que hayas esterilizado.
  • La forma más efectiva de matar bacterias que puedan provocar infecciones a los bebés consiste en utilizar el vapor, bajo condiciones controladas. Éste es el principio utilizado por la esterilización clínica de los hospitales.

Existen esterilizadores a vapor para microondas, útiles cuando hay que viajar porque apenas ocupan espacio y resultan rápidos (de 4 a 8 minutos)

Y también existen esterilizadores eléctricos que se basan en la acción del vapor. Éstos consisten en introducir los elementos en el aparato, echar el agua que se indique, cerrarlo y ponerlo en funcionamiento. Pasados de 7 a 15 minutos, el termostato se apaga automáticamente y la esterilización ha concluido.

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