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Juegos recomendados para 3 años

Hay distintos juegos ideales para acompañar esta etapa de desarrollo tan rica en la que los niños experimentan una “fiesta de aprendizajes”.

Aunque los niños a los 3 años se sientan “grandes”, impulsados en parte por el deseo de independencia que caracteriza a esta edad, siguen siendo los pequeñitos que piden que les lean el mismo cuento una y otra vez o que quieren ver por enésima vez el mismo video, porque encuentran un enorme placer al poder anticipar lo que vendrá y seguir una historia que ya conocen. Como padres, hay que permitirles hartarse de escuchar y de ver sus historias preferidas… ¡y seguir ofreciéndoles nuevas!

Cuando va llegando el final de los 3 años, comienzan a experimentar una “fiesta de aprendizajes”: pueden usar una tijera y –si se los deja interactuar con ella- empiezan a familiarizarse con la computadora. Mientras aprenden colores y a contar se puede jugar a ver cuántos objetos de un mismo color pueden encontrar en la casa, o a ordenar los juguetes por color.

A la hora de dibujar, avanzan cada día, aunque no siempre se entienda lo que dibujaron es suficiente con preguntar para que ellos completen su dibujo con el relato. Lo mejor es no corregirlos.

A nivel motriz, como los niños a esta edad están en plena afirmación del equilibrio, van logrando saltar en un pie, corren y saltan de manera cada vez más coordinada y segura y se hacen expertos conductores de triciclos.

Hay muchos juegos para acompañarlos en esta etapa:
 

  • Jugar con masa: puede ser la “casera”, que se prepara con harina, agua y sal y que podés colorear con colorante vegetal permite que después cocines las creaciones. La arcilla, la plastilina y la masa “de juguetería” también es perfecta y a veces viene con elementos que permiten darle forma y que a los chicos les encantan.
  • Sentarse a jugar juegos de mesa sencillos, como cartas, ludo, dominó, rompecabezas de pocas piezas, etc.
  • Ir a la plaza: el triciclo, el tobogán, la hamaca, lanzar y atrapar pelotas, patearlas, correr y perseguirse son actividades ideales para esta edad por el despliegue motriz que implican. Si llevás una lonita y la salida incluye picnic… ¡mucho mejor!
  • Hacer una búsqueda del tesoro: esto puede ser un juego en sí mismo o el anticipo de otro si, por ejemplo, el “tesoro” es un nuevo juego de mesa. Con la ayuda de las palabras “frío” y “tibio” y “caliente” podés guiar a tu hijo hasta la sorpresa.
  • Representar cuentos: además de leerlos podés dramatizarlos con tu hijo, improvisando un vestuario y grabando un videíto para que después pueda “verse en acción”.
  • Llevarlo de visita a una biblioteca infantil y pasar una tarde aprendiendo y divirtiéndose juntos.
  • Armar juegos con material reciclado: los tubos de cartón del rollo de cocina pueden ser los “bolos” y los diarios viejos, servir para hacer “pelotas”. Con un cesto de papeles arriba de una silla podés proponerle “encestar” esas mismas pelotas. Recortar caras o personajes de revistas y pegarlas sobre los tubos de cartón del papel higiénico puede servir para hacer títeres o simplemente personajes que vivan en una casa hecha con una caja en desuso. ¡Y decorar todos estos elementos puede constituir un juego antes del juego!


Es importantísimo encontrar tiempo para jugar con los hijos, pero esto nunca debe ser vivido como una “obligación”, porque los chicos lo perciben y entonces pierde sentido. Por eso, además de pensar en entretener al niño, es fundamental darse cuenta de cuáles son los juegos más placenteros para todos: si los juegos de mesa resultan aburridos, mejor dejarlos para cuando venga la abuela y buscar una opción más divertida para compartir con el niño.  
 

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