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La Academia Americana de Pediatría modifica su posición respecto a la natación para bebés

La Academia Americana de Pediatría se opuso durante muchos años a que los niños menores de 4 años tomaran clases de natación. En el 2000 modificó esa posición y recomienda algunas medidas de seguridad a tener en cuenta.

El Comité de Medicina Deportiva y Entrenamiento de la Academia Americana de Pediatría se opuso durante muchos años a que los niños menores de 4 años tomaran clases de natación. Esa oposición lisa y llana se basaba en que consideraban que los riesgos de la misma (enfriamiento del niño, posibilidad de intoxicación hídrica e infecciones) y la falsa sensación de seguridad que podría producir en algunos padres acerca de que sus hijos serían capaces de nadar y de autocuidarse en el agua eran francamente perjudiciales a la salud del niño.

En el número de abril de 2000 de la revista Pediatrics, órgano oficial de la AAP, el Comité, recogiendo la experiencia responsable de muchos, modificó esa oposición drástica. En la declaración reconocen que las consecuencias serias de esta actividad nombradas mas arriba pueden ser evitadas mediante precauciones que los cursos de guardavidas de la Cruz Roja y el YMCA tienen establecidas.

También la declaración reconoce que los programas de natación para lactantes y niños pequeños son populares en Estados Unidos y recomienda al respecto las siguientes medidas de seguridad:

 

  1. Dado que estas actividades están diseñadas para la diversión y el entretenimiento de niños y padres y no para convertir a los niños en eximios nadadores, deben incluir instrucción a los padres acerca de las medidas de seguridad en el agua cuando están con sus niños.
  2. Los programas que anuncian que los niños, luego del curso, será capaces de autocuidarse y podrán nadar y salvarse en una situación de emergencia interpretan erróneamente las capacidades madurativas de los niños pequeños y dan a los padres una falsa sensación de seguridad, dado que si bien los niños pueden nadar rudimentariamente desde muy pequeños, la edad mínima a partir de la cual pueden aprender a nadar con estilo eficiente no se ha determinado con exactitud pero la AAP la estima en no menos de los 4 o 5 años. Nunca estos programas deben autopromoverse declarando que "reducen el riesgo de accidentes". Estas instituciones deben educar a los padres y volverlos concientes de estas limitaciones.
  3. El Comité de la AAP insiste en que para prevenir accidentes potencialmente graves o fatales, nunca un niño menor debe estar en el agua sin supervisión directa de un adulto, teniendo al niño todo el tiempo al alcance de sus manos. Es de hacer notar que aún una breve distracción en la supervisión puede permitir que ocurra un accidente grave.
  4. La hipotermia, la intoxicación hídrica y las enfermedades comunicables pueden ser evitadas mediante medidas apropiadas y no deben impedir que los lactantes y niños pequeños participen con sus padre en una actividad que es muy divertida para la familia, pero que debe estar supervisada por instructores responsables y con experiencia.
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