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La anticoncepción quirúrgica voluntaria es ahora legal en Argentina

El Congreso Nacional promulgó la ley que regula lo que hemos dado en llamar “Anticoncepción Quirúrgica Voluntaria”

El Congreso Nacional promulgó la ley que regula lo que hemos dado en llamar "Anticoncepción Quirúrgica Voluntaria".

Esta denominación incluye los procedimientos que obstruyen las trompas de Falopio en la mujer, o los conductos deferentes en el varón. Prácticas conocidas desde hace más de cincuenta años en los países desarrollados, finalmente han sido oficializadas en Argentina.

Mucho se ha hablado acerca de la falla de este método. Es conveniente aclarar que el fracaso de la ligadura tubaria depende del método empleado:

*RR de 3.9 para la salpinguectomía parcial (resección de un pequeño sector de la trompa)

*RR de 3.7 para la ligadura con clips (ganchos metálicos o plásticos que la obturan)

*muy bajo en el caso de la colocación de banda elástica siliconada

*muy bajo en el caso de la coagulación con electrobisturí

La "tasa global cumulativa" que mide el fracaso de la ligadura tubaria a lo largo de 10 años es de 18.5 por 1.000. Esto quiere decir que, en números globales, en los que se incluyen distintas técnicas y calidad de cirujanos, de cada mil pacientes, en 10 años de vida, solo 18.5 quedaron embarazadas luego de una ligadura tubaria.

Optimizando la calidad del procedimiento, en manos expertas, esta cifra disminuye a casi cero.

El riesgo varía según sea la edad de la paciente al momento de la ligadura tubaria. Cuanto más joven es la paciente en el momento del procedimiento, mayor es la chance de que, alguna vez en su vida, fracase el método y quede embarazada.

Desde este punto de vista, la vasectomía (ligadura del conducto deferente en el varón) parecería ser una opción más eficaz en lo que respecta a la falla del método (el riesgo de falla es cercano a cero).

Otra ventaja de la vasectomía radica en la sencillez del procedimiento, que se puede realizar con anestesia local, una mínima incisión de menos de 1 cm a cada lado de los testículos, sin internación alguna (el paciente es dado de alta inmediatamente luego de finalizado el procedimiento).

En el caso de la mujer, los procedimientos siempre son algo más complejos y requieren anestesia general o peridural (solo posible cuando se realiza mediante laparotomía – cirugía a cielo abierto abdominal – o por vía vaginal.

Existen tres vías de acceso para realizar la ligadura tubaria:

  • laparotomía (cirugía convencional)
  • laparoscopía
  • vaginal (colpotomía posterior)

Se han presentado en el mercado de los E.E.U.U. dispositivos que ocluyen las trompas y que se colocan por vía vaginal mediante una histeroscopía. Ninguno de los mismos está disponible en nuestra región en el momento actual.

Existen distintos procedimientos para realizar la ligadura tubaria, independientemente de si se lo hace por laparotomía, laparoscopía o vía vaginal:

  • resección parcial de la trompa (extirpación de un pequeño sector)
  • ligadura tradicional con técnica de Pomeroy (método muy antiguo)
  • salpinguectomía total (extirpación total de la trompa)
  • colocación de clips
  • banda elástica de siliconas
  • electrocoagulación con o sin sección de la trompa

La laparoscopía, en manos expertas, es rápida y solo necesita una mínima incisión dentro de la cicatriz umbilical, y otras dos aún mas pequeñas a cada lado, en el pubis. De todas, es la preferida, pues permite en el mismo acto revisar la cavidad abdominal y detectar enfermedades que solo pueden ser diagnosticadas de esta manera. Empleando un electrocoagulador del tipo denominado "bipolar", con maniobras muy delicadas, se puede conservar la mayor parte de ambas trompas para una eventual "reanastomósis" (o reconexión). Un procedimiento cuidadoso y delicado no deja daño colateral, por lo que no hay dolor postoperatorio, ni inmediato ni alejado.

Una de las cosas que preocupan (o que son utilizadas por los fundamentalistas que se oponen a estas prácticas como argumento en contra de la anticoncepción quirúrgica voluntaria) es el "arrepentimiento". En los E.E.U.U., el estudio CREST encontró

un 6% de mujeres que, dentro de los 5 años posteriores a la ligadura tubaria consultaron acerca de las posibilidades que tenían de revertir el procedimiento. La mayoría de ellas no prosiguió estudio o tratamiento alguno para lograr un embarazo.

El grupo de mujeres menores de 30 años duplicó el número de consultas sobre

reversibilidad con respecto al grupo de mayores de 30 años. Estos datos han llevado a plantear el siguiente interrogante: ¿Será este un procedimiento que debería aconsejarse solo después de cierta edad? Seguramente dependerá de la realidad individual de cada mujer.

Varios estudios coinciden en indicar que el arrepentimiento es mayor entre aquellas mujeres que solicitan la ligadura tubaria en oportunidad de una operación cesárea.

El grado de reversibilidad dependerá del tipo de procedimiento realizado. Como hemos dicho antes, cuanto menor sea el daño en extensión y más cuidadosa haya sido la ligadura, mayor la chance de reanastomosis laparotómica o laparoscópica.

 

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