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La relajación: la interacción mente-cuerpo

Parir siempre nos deja en medio de una vida que se parece poco a la que teníamos. Ser madre, a la vez que hace padre a nuestro hombre e implica un integrante nuevo en la familia, es una especie de conmoción general interna y externa.


Hay tantos post-partos como hijos han nacido en este mundo, pero a la vez cada cultura se prepara para vivirlo de una forma diferente. Intentemos vivir el nuestro lo mejor que sea posible.

Transcribo un pasaje del libro, La relajación del Dr. Herbert Benson: "Cuando hace unos años se estrenó la película Lawrence de Arabia, protagonizada por Peter O"Toole, la gente se agolpaba en los bares de los cines durante el intermedio pidiendo bebidas refrescantes...

Una auténtica epidemia de sed cundió entre los espectadores, inmersos en la sofocante historia del desierto que estaban comtemplando en la pantalla..." (1986, págs.15/16)

La conclusión es obvia: lo importante es nuestra manera personal de interpretar la realidad o, mejor aún, la manera como nuestro cuerpo "ve" el mundo concreto que lo rodea. La realidad para nuestros órganos puede ser lo que la mente percibe como tal y después transmite en forma de mensajes físicos. En el caso del filme, la gente no padecía falta de agua, pero se identificaba tanto con aquella árida situación que los cuerpos llegaban a convencerse de que se encontraban sedientos. En otras palabras nuestras posibilidades reales de bienestar (o malestar) son consecuencia directa de nuestra forma positiva o negativa de pensar, de ver la vida. Pero no debemos perder de vista que así como nuestra mente influye en nuestro cuerpo, nuestro cuerpo, al reaccionar de determinada manera, a su vez realimenta nuestra actitud mental (como espiral formando un verdadero círculo)...



Antes creíamos que había una clara separación entre las fuerzas exteriores y la reacción directa del cuerpo a ellas. Si a una persona se la privaba de agua durante muchas horas, esa persona sentiría sed; si en cambio se la proveía de agua a intervalos regulares, su sed quedaría saciada. Sin embargo, hemos visto con el ejemplo de Lawrence de Arabia, que los espectadores que contemplaban las áridas escenas del desierto sentían mucha sed, independientemente del consumo de agua. La sed, el hambre y toda una infinita gama de reacciones corporales dependen, no sólo de la sed real, sino de lo que nosotros creemos que lo es.

Cuando nos referimos al parto o a cualquier otra situación de ansiedad sabemos que surgirán inevitablemente las creencias y las imágenes albergadas en nuestra mente y que las sentiremos tan reales como si así lo fueran. Si nuestras creencias e imágenes son positivas, nuestro cuerpo responderá armónica y positivamente; si no lo son, tal vez surjan tensiones musculares (defensas motrices patológicas), y éstas a su vez perpetúen la situación de angustia. Una vez más afirmemos: círculo vicioso sin salida aparente que fatiga y debilita al "yo".

Lo que intenta la práctica de la relajación es crear un estado de paz y serenidad de espíritu que optimice todas las funciones de nuestro organismo.(...)

La palabra "relajación" comúnmente se refiere a un cuerpo "tranquilo", "sedado" y a una mente "no estresada". Ahora bien, la relajación verdadera y plena, tal cual la concibo y la quiero transmitir, es una técnica que está sustentada por creencias y valores personales. El resultado de esta sumatoria es la serenidad de espíritu.

Si nos referimos puntualmente a la situación de embarazo y parto, veremos eso con mayor claridad. La relajación que la embarazada logra gracias a las técnicas aprendidas y practicadas tiene como "soporte" el sentido que ella le quiera transmitir a esa experiencia.

Se puede vivir una situación de muchas y variadas maneras. La vivencia del parto se puede dar en niveles de intensidad o profundidad muy distintos." 

*En el nombre del hijo, Maruca Viel Temperley
Editorial Paidos (1995)

Mujer, pareja y familia