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La seguridad en los programas de natación para bebés y niños

Los pediatras debemos responder dos preguntas fundamentales respecto a la natación para bebés y niños: ¿Cuáles son las ventajas de la actividad para niños y padres? y ¿Es segura la actividad en cuanto a accidentes y enfermedades?

Los pediatras debemos responder dos preguntas fundamentales respecto a la natación para bebés y niños:

1- ¿Cuáles son las ventajas de la actividad para niños y padres? y
2- ¿Es segura la actividad en cuanto a accidentes y enfermedades?

Con respecto a la primer pregunta resalta el placer y disfrute que produce la actividad, que estimula la capacidad de juego de niños y adultos y favorece el vínculo entre padres y niños a través del contacto piel a piel.

Para responder a la segunda pregunta, los pediatras contamos con las declaraciones de los comités de la Academia Americana de Pediatría. En el año 1980 el Committee on Pediatric Aspects of Physical Fitness, Recreation and Sports de la Academia publicó en la revista Pediatrics su primera declaración, que recomendaba lo siguiente:

1. Si un padre desea enviar a su niño menor de 3 años a clases de natación infantil, lo debe hacer respetando la relación uno a uno en el agua, con el padre o un adulto responsable. Las clases de natación grupales deben reservarse para niños mayores de 3 años.

2. La instrucción deberá hacerse solo por instructores preparados en piscinas adecuadamente mantenidas.

3. Los niños con problemas médicos conocidos deberán recibir autorización de sus pediatras.

4. Se deben efectuar estudios controlados que clarifiquen acerca de los posibles riesgos para los pequeños que participen en programas de natación para bebés.

5. La gente que posee una piscina en su casa debe ser estimulada a aprender a reanimar correctamente a una persona accidentada en el agua.

6. Deben hacerse esfuerzos para prevenir el ahogo por inmersión en los niños para lo que:

2. Para reducir riesgos, todo programa de natación infantil debe seguir las normas de la YMCA a saber:

  • prohibir la inmersión de la cabeza
  • mantener una adecuada temperatura del agua

3. En el agua se debe mantener la relación uno a uno con un padre o adulto responsable. La instrucción en grupos debe quedar para los niños de mas de 3 años.

4. La instrucción debe ser hecha por instructores calificados, capaces de realizar la reanimación cardiopulmonar.


5. Los niños con problemas médicos conocidos deberán recibir autorización de sus pediatras.  

6. Se deben efectuar lo antes posible estudios acerca de la frecuencia de riesgos

Concluía que hay poca justificación para hacer nadar a los bebés y que existirían riesgos en esta actividad (giardiasis, intoxicación hídrica con convulsiones y falsa sensación de seguridad.)

A mi parecer, a las recomendaciones de ese año se le pueden formular las siguientes críticas: primero, que los riesgos sugeridos no se basan en estudios controlados sino en comunicaciones anecdóticas y a casos aislados y que en los estudios epidemiológicos acerca de asfixia por inmersión en niños, no hay un solo caso atribuible a los programas de natación para bebés.

Finalmente, en el año 2000 la Academia publicó una declaración conjunta del Committee on Sports Medicine and Fitness y del Committee on Injury and Poison Prevention, en la cual cambió radicalmente la posición de oposición a la natación para bebés. Entre sus recomendaciones afirma que:

1. Los niños no están desde el punto de su desarrollo madurativo preparados para lecciones formales de natación hasta los 4 años cumplidos.

2. Los programas acuáticos para bebés no deben promoverse como una manera de disminuir el riesgo de asfixia por inmersión.

3. Los padres no deben sentir que sus hijos "saben nadar" ni que pueden estar "seguros" en el agua luego de participar en esos programas.

4. Siempre que un bebé esté en el agua un adulto teniendo al niño al alcance de su mano.

5. Todo programa para bebés debe incluir información a los padres acerca de las limitaciones madurativas (motoras y conciencia de peligro), los riesgos del agua, las estrategias para prevenir la asfixia por inmersión y el rol y la responsabilidad de los adultos en y alrededor del agua.

6. La hipotermia, la intoxicación hídrica, y la posibilidad de contagios pueden ser prevenidas mediante recomendaciones medicas existentes, y no deben impedir que los bebés participen y experimenten en programas acuáticos adecuados

"Nosotros nos adherimos completamente a estas recomendaciones afirmando que si se respetan las condiciones descritas en la declaración del año 2000, la natación para bebés es una actividad placentera y segura, y nosotros la recomendamos a nuestros pacientes."

  • se deben proteger las piscinas con defensas que las hagan inaccesibles.
  • asegurarse en el área de la pileta el control y la supervisión por adultos responsables de todos los menores que no sepan nadar.
  • colocarles a los menores salvavidas adecuados cuando estén cerca de espejos de agua y en embarcaciones.

En el año 1984, el Committee on Pediatric Aspects of Physical Fitness, Recreation and Sports publicó un comunicado en el que desaconsejaba la actividad, basado en comunicaciones publicadas en algunas revistas de casos anecdóticas. Decía especialmente:

1. Todo padre que anote a su hijo en un programa de "ajuste acuático", debe comprender y aceptar los riesgos.

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