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Labio leporino

En la Argentina 1 de cada 700 bebés nacidos padece de hendiduras faciales conocidas como labio leporino y/o paladar hendido. Las causas exactas de esta afección congénita son desconocidas, pero un diagnóstico y tratamiento temprano pueden revertir sus efectos sobre el niño.

¿Qué es una fisura del labio y/o paladar?
La fisura de labio y la fisura de paladar, o ambas, son un defecto congénito, lo cual significa que se presentan al momento de nacer. Estas fisuras oro-faciales son relativamente frecuentes en la Argentina ya que ocurren en 1 de cada 700 nacimientos.

¿Cuáles son las causas de estas malformaciones?
Cuando se habla de causas, es importante distinguir entre fisuras aisladas y fisuras asociadas a otros defectos congénitos o síndromes.

Actualmente se acepta que las causas de fisuras aisladas son una combinación entre factores de riesgo y causas genéticas, es decir que no existe ningún factor predeterminado. Dentro de los factores de riesgo pueden encontrarse la desnutrición crónica, las malas condiciones de vida, los tóxicos ambientales, la edad de los padres y la ingesta de algunos medicamentos.

¿Hay manera de prevenir durante el embarazo este tipo de afección?
La ingesta de ácido fólico en dosis altas podría ser de utilidad. Pero debería iniciarse en forma temprana, al planificar el embarazo y no al confirmarlo, ya que la cara del bebé  se forma entre la cuarta y octava semana de gestación.

De todas maneras, hoy en día el diagnóstico prenatal se ha transformado en una herramienta eficaz para asesorar y contener a la pareja y planificar un correcto protocolo de tratamiento de estas afecciones una vez que nace el bebé.

¿En qué momento del embarazo se produce la fisura?
Las fisuras se producen durante la etapa temprana del embarazo, generalmente antes de que la madre se entere que está embarazada, y representan un problema sobre el cual la mujer embarazada no tiene control.

Los tejidos que forman el labio se fusionan alrededor de la quinta o sexta semana, luego de la concepción, y las estructuras que forman el paladar lo hacen entre la séptima y novena. Esto indica que las fisuras no pueden ser causadas durante la etapa media o tardía del embarazo.

¿Se puede conocer durante el embarazo la presencia de una fisura?
Sí, a partir del sexto mes y mediante una ecografía morfológica descriptiva de la zona.

Las fisuras bilaterales de labio son de más fácil diagnóstico, mientras que las fisuras del paladar blando resultan difíciles de observar.

Ante la confirmación diagnóstica de una fisura durante el embarazo, se aconseja la consulta con el equipo interdisciplinario.

¿Es posible realizar la cirugía reconstructiva intra útero?
Los trabajos de investigación realizados a la fecha no aconsejan su realización.

¿Cuándo debe realizarse la operación del labio?
Generalmente alrededor de los 3 meses, pero existe un tiempo adecuado para cada bebé. El niño debe gozar de buena salud y estar creciendo normalmente para que la intervención pueda ser realizada.

Durante el primer día de vida del bebé y ante la presencia de una fisura palatina, está indicado utilizar una placa obturatriz que tiene como objetivo cerrar la comunicación que existe entre la boca y la nariz.

Esta placa ayuda a que la lengua no se coloque entre los segmentos óseos fisurados, lo que evita que la fisura continué ensanchándose y favorece la succión necesaria para que el bebé se alimente. A su vez, la fuerza que se crea durante la succión, es captada y se transmite hacia los tejidos nasales, en forma de microimpactos, a través de un pequeño dispositivo nasal incorporado a la placa palatina. Este dispositivo trabaja sobre la malformación, aprovechando que los tejidos del recién nacido son elásticos y carecen de memoria, permitiendo su modificación y logrando mejores resultados cosméticos que ayudan a acortar el tiempo de tratamiento y la cantidad de intervenciones quirúrgicas.

¿Cuándo debe realizarse la operación del paladar?
Se aconseja el cierre completo de la fisura a partir del octavo mes y no más tarde de los 18 meses.

¿Cuántas intervenciones serán necesarias?
Esta afección requiere una cirugía reconstructiva del labio y nariz, que se efectúa a partir de los dos meses de vida, y otra del paladar. Existe la posibilidad de una revisión final de uno o ambos procedimientos que generalmente se realizan a partir de los cuatro años.

En el post operatorio inmediato, el labio se verá ligeramente inflamado y la herida puede sangrar. Es necesario un período de 3 a 6 meses para que la cicatriz adquiera naturalidad.

¿En qué consiste la cirugía temprana de la fisura de labio?
En ciertos casos, por el tipo de fisura y el estado general del bebé, es posible realizar la reparación quirúrgica del labio durante el primer mes de vida, con el objeto de aprovechar condiciones favorables de los tejidos, que otorgarán un mejor resultado final y permitirán acortar el tratamiento.

Los equipos que manejan este protocolo de tratamiento en el mundo y el equipo profesional de Asociación Piel que ya posee seguimientos por ocho años, coinciden en que esta cirugía no resulta peligrosa para el neonato y no posee riesgos agregados.

¿Podrá mi hijo hablar normalmente?
Aproximadamente el 80% de los niños logran hablar apropiadamente luego de la reparación quirúrgica del paladar.

Esto generalmente se logra a través de una gran colaboración de la familia con los especialistas y en algunos casos puede requerir largos períodos de tratamiento fonoaudiológico y estimulación temprana.

¿Qué otros efectos tiene sobre el bebé este tipo de fisuras?
Las hendiduras bucales suelen conllevar problemas en los dientes y en la audición.

Si bien en general la calidad de los dientes no se ve alterada por la fisura, al crecer desalineados no reciben la normal acción limpiadora de la saliva, los labios y la lengua, pudiendo desarrollar caries con mayor facilidad.

Por eso es importante prestar especial atención al cuidado de los dientes a través de un correcto cepillado, aplicaciones de flúor, sellado de surcos y fisuras, y control de la placa bacteriana.

Además, una dieta correcta y bien equilibrada, con un mínimo de dulces, resulta un eficaz complemento. De ser necesaria la utilización de aparatos, este tratamiento se iniciará recién a partir de los cuatro años.

Con respecto a la capacidad auditiva, los niños con fisura de paladar, incluida la fisura submucosa, son propensos a las infecciones. Un niño con infecciones frecuentes de oído medio, puede sufrir pérdida de la audición por pocos días, algunas semanas o por tiempo indefinido. Esta pérdida está relacionada con la colección de líquido en la cavidad del oído medio y la incompetencia de la Trompa de Eustaquio que conecta a éste con las fauces.

Una correcta alimentación que disminuya el reflujo descenderá el riesgo de infecciones, de todas maneras será el especialista quien indique los pasos a seguir para evitar la pérdida auditiva.

 

Alimentación

¿Un bebé con fisura de labio y/o paladar, puede ser alimentado a través de lactancia materna?
Todo bebé nacido con fisura de labio y paladar, sin otras patologías agregadas, no solo puede tomar el pecho sino que esto es lo más indicado.

Si bien la presencia de una fisura exige de mayor paciencia, el pecho materno tiene la suficiente elasticidad como para adaptarse a la forma de la misma y permitir una buena succión.

Teniendo en cuenta que la lactancia, entre otros tantos beneficios, favorece el vínculo madre/hijo, tanto las madres primerizas como aquellas que presentan algún tipo de dificultad, deben ser asesoradas por puericultoras o algún miembro especializado del equipo interdisciplinario, para lograr una lactancia exitosa. Si aun así les es imposible, deberá utilizarse un biberón con tetina normal (la utilización de sondas y tetinas largas “de cordero”, está totalmente contraindicada).

Es importante tener en cuenta que el bebé nace preparado para succionar y es esta la mejor manera de alimentarlo, sobre todo si sufre de fisura de labio y/o paladar. Esta función no sólo constituye uno de los principales estímulos para el bebé, ya que es un ejercicio permanente para procurarse su propio alimento, sino que además estimula de manera favorable el crecimiento y desarrollo facial.

Además, con el agregado del dispositivo nasal, es posible aplicar la técnica de remodelación dinámica prequirúrgica de los tejidos naso-alveolares, que permitirá reducir el número de procedimientos quirúrgicos y acortar los tratamientos.

¿Qué pasa cuando hay que comenzar a incorporar alimentos sólidos?
En el caso de los alimentos sólidos, estos se introducen alrededor del sexto mes, en forma de papillas de poca consistencia, con cuchara en lo posible plana. El bebé deberá acostumbrarse a una nueva modalidad de alimentación, que difiere en cuanto al cómo ingerir, al sabor y a la textura. A medida que el niño se adapte se puede diversificar el tipo de comidas ofrecidas, aumentando la consistencia y variedad atendiendo a las indicaciones del médico.

Si durante la ingesta pasan alimentos a la cavidad nasal, se deberá interrumpir la misma y dar líquidos.

Fuente: Información extraída del Manual de
Consejos Útiles de la Asociación Piel;
asesoramiento a cargo del Dr. Ricardo Bennun,
 cirujano y director de Asociación Piel  

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