Pasar al contenido principal

Lactancia: todo lo que debemos saber

Consejos y sugerencias para las mamás que van a amamantar por primera vez.

Dar el pecho es uno de los recursos más maravillosos y nutritivos con el que contamos las mamás. Sin embargo, puede ser complicado en un comienzo, sobre todo si no tenemos mucha información al respecto.

Para prepararnos, nada mejor que saber qué es lo que puede suceder.

 

Durante el embarazo: ¿es necesario prepararnos para amamantar?


Por la acción de las hormonas, el pecho materno, areola y pezón se van preparando sin necesidad de intervención alguna y será la succión del bebé la que complete esta “preparación”. No hace falta cepillar ni lavar la zona con algún jabón especial, pero se pueden tener en cuenta ciertos cuidados para la piel.

Hay futuras mamás a las que les sale leche del pecho semanas antes de que nazca el bebé, y otras a las que no. No hay que preocuparse, es normal y nada de esto interferirá con la lactancia. Las que lo deseen, pueden utilizar estas gotitas de leche que les salen para hidratar la piel del pezón.

Por otro lado, hay algunas mamás que requieren de cuidados especiales por el tipo de pezones que tienen, por eso, conviene charlar al respecto con el obstetra o una puericultora.

 

El primer día


Luego del parto, lo ideal es poner al bebé al pecho inmediatamente o ni bien nos lo dan porque este es un momento en el que está muy despierto y bien predispuesto para iniciar la lactancia. Si es posible, podemos ponerlo al pecho ya en la sala de partos.

Si el bebé no se prende, no hay que desesperarse. Lo mejor es continuar con el contacto piel a piel y en todo caso pedir ayuda a una puericultora o al pediatra o neonatólogo para que nos oriente.

No hay que olvidar que este es todo un aprendizaje, tanto para la mamá como para el bebé, y que darse espacio para estar solos, tranquilos, en contacto, conociéndose, es clave, sobre todo durante el primer día o los primeros días.

 

El calostro o la primera leche
 

El llamado “calostro” es la primera leche que toma el bebé al nacer, que se caracteriza por tener un color amarillento y ser más “espesa”.

Lo particular de esta “primera leche” es que es sumamente rica en proteínas y anticuerpos, por lo que muchos médicos la llaman “la primera vacuna” o el “oro líquido”, gracias a todas sus propiedades.

Es muy importante que el bebé tome calostro, ya que le aporta una protección especial contra las enfermedades, además de todas las vitaminas, minerales y calorías necesarias.

No hay que preocuparse si solo salen gotas ya que un recién nacido necesita, durante las primeras 48 horas de vida, muy poca cantidad de calostro. Por lo tanto, lo que nuestro cuerpo produzca será más que suficiente.

Generalmente, el bebé se alimenta de calostro durante los dos o tres primeros días después del parto. A partir de ese momento, suele comenzar la “bajada de la leche”.

 

La bajada de la leche


La bajada de la leche es el momento en que el cuerpo comienza a producir leche más “madura”, que es más blanca y más abundante que el calostro. Suele comenzar a las 48 o 72 horas después del parto.

Durante esta transición de “calostro a leche” los pechos pueden comenzar a sentirse tensos, sensibles e hinchados debido a que están produciendo mucha cantidad. También es posible que salgan gotas de leche cuando el bebé no está al pecho y que manchemos remeras o corpiños. En este caso, podemos utilizar protectores mamarios o casquillos, pero teniendo en cuenta que lo ideal es que la piel de los pezones pueda "respirar" el mayor tiempo posible; exponerlos al aire y al sol, sin ropa, de manera que la zona no permanezca húmeda por mucho tiempo ayuda a evitar grietas u heridas.

Para evitar complicaciones y minimizar las molestias, además de poner al bebé al pecho, podemos realizarnos masajes en forma circular y colocar paños tibios (no calientes) sobre el pecho, cuidando de no tocar la piel de la areola y el pezón. El calor ayuda a dilatar los conductos lácteos para que la mama se vaya ablandando.

También, si los pechos están muy hinchados y esto le molesta al bebé, podemos extraernos unas gotitas de leche antes y mojar el pezón de manera de estimular la prendida del bebé.

A medida que vayan pasando los días y la oferta y la demanda se vayan equilibrando, el cuerpo comenzará a producir lo que el bebé necesita y los pechos dejarán de sentirse tan tensos.

Cesárea y lactancia


Si el parto fue por cesárea, las molestias físicas, el tiempo de recuperación, el estado de ánimo o el estrés pueden impactar en la lactancia.

No es cierto que la leche tarda más en bajar luego de una cesárea ya que este es un proceso que se desencadena independientemente de cómo haya sido el parto, si no que hay factores físicos y psicológicos que pueden hacer más complicado el comienzo de la lactancia después de una cirugía como tal. Por eso, es fundamental estar acompañadas y bien asesoradas para poder establecer la lactancia y mantenerla con éxito luego de una cesárea. Ver "Césarea y lactancia".

 

Posiciones para amamantar y cómo se debe prender el bebé al pecho


Que el bebé se prenda correctamente al pecho y que encontremos una posición cómoda para amamantarlo es fundamental ya que evitará o minimizará las molestias que la lactancia puede llegar a producir en un comienzo.

Para esto, podemos ayudarnos con un almohadón y probar distintas posturas hasta encontrar la que mejor se adapte a ambos. Hay posiciones que evitan o colaboran en la recuperación de grietas del pezón, que ayudan a que el bebé tome el pecho más activamente y no se duerma o que son más cómodas después de una cesárea: Ver “Posiciones y enganche correctos para amamantar”.

 

Tiempos: cómo y cuánto


En un principio es normal que los tiempos del bebé sean caóticos o irregulares; que quiera, por ejemplo, tomar el pecho cada media hora, que no se mantenga mucho tiempo prendido o se duerma al pecho, que quiera tomar de los dos pechos o solo de uno, etc. En cada caso la recomendación es un sola: olvidarse del reloj y darle el pecho “a libre demanda”. De a poco, mamá y bebé irán encontrando su propio ritmo.

Lo importante es que el bebé aumente de peso correctamente, algo que determinará el pediatra en cada consulta.

Ver "¿Cada cuánto tiempo hay que darle el pecho al bebé? ¿Hay que darle de los dos pechos?"

 

Brotes de crecimiento: cuando el bebé demanda más y parece quedarse con hambre
 

Durante la lactancia, hay momentos específicos en los que se puede producir una “crisis” o desajuste entre la oferta y la demanda de leche y que la mamá puede interpretar como un problema, pensar que el bebé ya no quiere tomar el pecho o que no le alcanza con lo que produce y empezar a ver la leche de fórmula como una opción para “complementar”. En realidad, estas “crisis” suelen tener que ver con el crecimiento del bebé y es importante superarlas para que la lactancia siga su rumbo.

Aproximadamente ocurren a las 3 semanas, al mes y medio y a los 3 meses de vida, pero esto no es exacto y puede variar en función de cada bebé y cada mamá. En estas etapas el bebé puede mostrarse molesto cuando lo ponemos al pecho, inquieto, llorar sin consuelo y hasta incluso rechazar el pecho. ¿Cómo superarlas?

Conclusión


Es normal sentirse desorientada, desordenada y hasta con miedos en esta primera etapa de lactancia. Lo importante es escucharse, aceptar que estamos aprendiendo, tener paciencia y observar al bebé en todo sentido: conectarnos con él, aprovechar cada momento para mirarlo, mimarlo, y conocerlo...

En el caso de que las molestias sean muchas, de que con el pasar de los días las cosas no mejoren o de que nos sintamos angustiadas, siempre podemos buscar contención o ayuda profesional. Además de nuestro médico de confianza, hay fundaciones y asociaciones que ofrecen asesoramiento gratuito y que pueden ser de gran utilidad.

Preguntar, hablar, sacarse todas las dudas y manifestar lo que nos pasa es necesario para poder entender y procesar lo que va sucediendo y afrontarlo de la mejor manera en esta nueva etapa que comienza.    

Asesoró: Fundalam, Fundación Lactancia y Maternidad
 

Embarazo Preparación para la lactancia Parto y Lactancia Lactancia Bebés El recien nacido Nutrición del bebé