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Lactancia y rol materno: imposición o elección

La maternidad es uno de los hechos de la vida que plenifica nuestro ser de mujer. Nuestro rol maternal, viene a completar en una máxima expresión de plenitud del ser femenino por excelencia.

La maternidad es uno de los hechos de la vida que plenifica nuestro ser de mujer. Nuestro rol maternal, viene a completar en una máxima expresión de plenitud del ser femenino por excelencia. Integrando así nuestra realización creativa desde el plano físico, emocional y espiritual.

La lactancia sería la puesta en marcha de esa capacidad femenina, que día a día irá entretejiendo diferentes estados emocionales entre nosotras y nuestros hijos, componiendo una armoniosa melodía y una perfecta integración vincular.

La producción del calostro, que algunos llaman el oro líquido de los primeros días, va confirmando la mutua reacción amorosa, despertando en la mujer - madre, diferentes sentimientos que refuerzan ese espacio vincular, que se ve reforzado por el encuentro de la mirada fija de ambos durante la mamada y el contacto piel a piel. La madre se transforma en ese ser continente o útero externo que el bebé necesita permanentemente para su desarrollo.

Sabemos que el ser humano tiende a su realización personal en el camino del perfeccionamiento espiritual, y evidentemente, el desarrollo de la maternidad en la mujer ayuda a completarlo, siendo la lactancia la pieza primordial de esta realización.

Al hablar de vínculo, se nos representa "dos relacionándose entre sí". Esta representación tiene su origen en nuestro registro inconsciente desde que fuimos concebidos, y a través de múltiples experiencias durante nuestra gestación, infancia, adolescencia y adultez.

Primero será mamá bebé, luego mamá bebé papá y demás miembros, y así vamos incorporando las diferentes identificaciones que nos ayudan en el crecimiento de nuestra personalidad. La palabra vínculo encierra entonces toda la historia de nuestra vida en relación con los demás.

La relación vincular madre hijo es un modelo que buscará repetirse una y otra vez, proyectándose a lo largo de nuestra vida. A veces esa búsqueda es de una repetición igual a la anterior y otras, en forma opuesta.

Desde el embarazo las mujeres revivimos consciente o inconscientemente las propias experiencias vinculares con nuestra madre. De este modo comienza lo que podrá llamarse la cadena de eslabones vinculares.

La vivencia de la maternidad a través de la lactancia, puede ayudar a modificar estructuras vinculares patológicas existentes en esta madre, desde sus primeras experiencias y podrá repararlas en este juego amoroso de dar y recibir con placer a su bebé.

Sabemos que la leche materna es el alimento perfecto desde los contenidos químicos, pero hay otros componentes que completan esta perfección. La comunicación profunda que se establece piel a piel, es la que hace que se satisfagan nuestras necesidades afectivas.

Siempre me gustó la imagen de una lista, donde por un lado estuviera escrito la calidad y cantidad de la relación de apego entre mamá y bebé, y por el otro, pudiéramos escribir datos indispensables como miradas, caricias, besos, sonrisas, cantos, paseos, baños, juegos, abrazos, balbuceos, etc., como estímulos tempranos de la comunicación más completa.

Podríamos proponer así una inmunología vincular a través de una adecuada cantidad y calidad de la relación mamá bebé, que también se transmite durante el acto de amamantar.

Nuestro rol materno a través de la lactancia prolongada, representa el encaje perfecto de la simbiosis necesaria para el desarrollo de ese bebé en la etapa del primer y segundo año de desarrollo evolutivo.

La madre que logra llenar con éxito ésta relación crece en autoestima, aquella que por falta de apoyo o dificultades personales no pudo hacerlo, puede reaccionar en contra de ese vínculo, con ataques envidiosos a otras mujeres que amamantan o podrá contrariamente convertir su frustración en deseo de ayudar a que otros no sufran lo suyo.

Pero la realidad humana hace que no siempre estas relaciones coincidan lógicamente, y nos podemos encontrar con otro gran abanico de emociones y frustraciones.

Sabemos que quien fracasó algunas veces puede lograr el éxito en otras lactancias, y generalmente suelen ser quienes más aprecian este vínculo.

El rol maternal que ofrece la imagen de una mamá líder, es la pieza fundamental para ayudar en situaciones conflictivas.

Así podemos decir que una buena lactancia nos afirma como mujeres desde nuestra sexualidad, enriqueciéndola con la conciencia de ser creativas y reproductivas hasta la plenitud de nuestras emociones nuevas y sentimientos como la abnegación, la renuncia de las propias necesidades, el desarrollo de la ternura, etc.

El saber que podemos nos devuelve el poder perdido y es la resultante para desarrollar nuestra autoestima perdida por la desvalorización que muchas veces sufrimos por comentarios tales como: "tu leche no es suficiente, el suplemento te da seguridad, estás segura de que tenés leche, etc."

Para ayudar a trabajar la autoestima es bueno enseñarles a las mamás desde la teoría de la comunicación, que existen diferentes espacios, físicos emocionales y para eso es importante realizar una lista donde figure el espacio de su maternidad (si está en época de crianza) y horas de trabajo.

Por ejemplo:

  • Espacio de la lactancia y tiempo que le insume
  • Espacio de ser esposa y tiempo que le insume
  • Espacio para la organización del hogar y tiempo que le insume
  • Espacio para el trabajo remunerativo y tiempo que le insume
  • Espacio de ser madre de otros hijos y tiempo que le insume
  • Espacio para el descanso y la recreación y tiempo que le insume 

Luego trabajamos con el resultado de esta lista y como se siente afectivamente. Trabajando con el pensamiento positivo, la ayudaremos en su autoestima, pidiéndole que registre sus necesidades en los diferentes roles:
 
 Que encuentre tres beneficios mínimamente, que les dejen como experiencia positiva sus diferentes papeles

  • Que nuevos sentimientos desarrolla
  • Que nuevas actitudes positivas puede desarrollar
  • Que espacio ocupa la lactancia en este momento de su vida
  • Que diferencie lo urgente de lo importante
  • Que anote las personas que la apoyan en la lactancia 

Luego de este aprender haciendo, surge la valorización de sí misma y de su rol de mujer madre esposa y también surge que es aprender a amarse encontrar su propio espacio.

Por último ésta tarea es tan gratificante que trabajamos el agradecimiento a la vida por lo que nos da, y un sentimiento de profunda comprensión para aquellos que atacan esa relación tan profunda.

Para terminar, quería regalarles una oración que me dio mi querida hermana y que figura en una botica de un pueblito de Suiza que data de 1530, y dice lo siguiente: "Lo que el amor no cura, ninguna hierba lo puede".
 
 

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