Pasar al contenido principal

Cómo aliviar las contracturas musculares

Las tensiones musculares pueden ser muy dolorosas y suelen ubicarse en cuello, hombros y espalda. Pueden deberse al estrés y se superan con ejercicios y masajes. Para prevenirlas son útiles las técnicas de relajación.

¿Qué tiene que ver una preocupación con una contractura muscular? Mucho, incluso puede ser la causante de esta tensión que produce cervicalgias, lumbalgias y homalgias, que son, respectivamente, las contracturas de cuello, cintura y hombros.

Los problemas económicos o laborales, los conflictos familiares y toda tensión psíquica es capaz de derivar en una contractura muscular, que se define como una expresión psicosomática del sistema nervioso central (SCN) que consiste en el acortamiento y pérdida involuntarios de la elasticidad de un músculo. Se manifiesta de manera espontánea e inconsciente y aunque puede llegar a ser muy dolorosa no se considera una lesión grave.

Cuando la causa de la tensión es el estrés, las contracturas se revierten rápidamente con un tratamiento adecuado, pero si existe una predisposición a contraerlas, probablemente se repitan con frecuencia.

Las contracturas se producen por el aumento del tono muscular que comprime los capilares sanguíneos y las terminaciones nerviosas que le permiten al músculo elongarse y acortarse. Por eso se ve obstaculizada la transferencia de la sangre y de los nutrientes del cuerpo.

La detección de las contracturas se realiza a través de radiografías y palpaciones con masoterapia (masaje) profunda que además es una de las formas de eliminarlas. El tratamiento se puede completar con fisioterapia (calor con onda corta o rayos infrarrojos).

Además del dolor que produce la contractura, hay síntomas secundarios que las acompañan: mareos, cosquilleo en manos y pies, visión nublada, fatiga, sensación de vértigo, falta de aire.

Cuando se produce la contractura hay que consultar al médico, quien indicará el tratamiento a seguir: los masajes, el uso del calor y, en algunos casos, algún miorrelajante o analgésico. 

Para prevenir las contracturas habría que practicar con asiduidad ejercicios de estiramiento y fuerza de los músculos así como ejercicios aeróbicos para descargar tensiones y producir endorfinas, las hormonas sedantes del placer.