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Las horas que no alcanzan

Mamá se va a trabajar y papá trabaja en casa. Estas son las divertidas historias de aprendizaje de un padre y su hija*. Hoy: Las horas que no alcanzan". "

6:30
¡Papá lecheee! Levantarse, ver cómo está, volver corriendo al cuarto a buscar las pantuflas, prender la luz porque no las encuentro, despertar a mi esposa sin querer y mentirle con la hora que es, calentar agua, aprovechar para dormir unos minutos parado, cuando el calor de la llama comienza a irradiar mi cara sonreír porque sueño que estoy en la playa, contar las ocho cucharadas por sexcentésima nonagésima segunda vez, cerrar los ojos de nuevo e imaginar que soy Tom Cruise en Cocktail, llevarle la mamadera, mientras la toma me gruñe y me señala la guitarra, mientras toco y canto bajito pienso en el largo día que nos espera.

7:00
Mientras preparo panqueques con una finísima capa de dulce de leche y ella me mira desde su mesita, escucho al camión recolector a lo lejos, meto todo lo que parezca basura a la bolsa hasta llenarla, abro las tres trabas, salgo corriendo a la calle, alcanzo al camión a mitad de cuadra, revoleo la bolsa hacia el montón, les deseo buen día a los muchachos, vuelvo corriendo a casa y me detengo unos minutos de espaldas a la estufa hasta que mi sangre vuelva a tener una temperatura adecuada.

7:15
Desayuno familiar, volvemos a repetirnos con mi mujer lo que hablamos la noche anterior antes de quedarnos dormidos porque seguro que lo olvidamos,

8:00
¡Adiós mamá! beso-beso. Empieza el día de verdad... A lavarnos los dientes, me supervisa la cantidad de pasta, el caudal del agua y me indica cuando debemos dejar de hacer buches. Nos sentamos con todos los osos y muñecas a ver un poco de dibus.

8:30
Cuando el sol hace ese brillo extraño en la tv, comienzan los ejercicios de estiramiento, una mezcla de yoga vago y rutinas gimnásticas zombies.

9:00
Exprimido de naranjas. Las elige ella y las contamos juntos, dependiendo el tamaño entre 4 y 6. Se sienta a mi lado y siempre intenta exprimir alguna al grito de FUERZAAAAAA!! Luego se toma su tiempo para disfrutar su juguito.

9:30
Refrigerio de media mañana. Galletitas caseras de naranja, chipá fatto in casa o pochoclo casero con oliva y estevia. Todo hecho a dúo. La espera de cocción se sobrelleva con algún rompecabezas. Si es pochoclo basta con 8 rompecabezas mezclados de 4 piezas. El resto requiere de uno grande de 30 piezas.

10:30
Persecución al triciclo, me subo como puedo al caballito de goma inflable y nos sometemos a una carrera casi interminable, siempre se interrumpida por abandono mío.

11:00
Actividad nueva, novedosa o compleja. El top tres lo integran el proyector para celulares, las maracas de envases de huevos kinder rellenos de arroz y el lanzador de misiles de papel. Si el día está lindo ahora en otoño, salimos al parque a jugar en el arenero, a lanzar el frisbee y a regar las plantas.

12:30
Cocinamos juntos. El menú de hoy: milanesas de pechuga de pollo con mucho perejil y poco ajo, hechas napolitanas y a caballo. Nada frito, todo al horno.

13:30
Postre, postre!!!! Un claro indicador que ya terminó de comer. Empieza la búsqueda del tesoro en la heladera.Si no hay monedas del tesoro, ni serenito, elige alguna fruta. Me doy cuenta si sólo hay fruta por su cara de desaprobación.

14:00
La ceremonia del baño empieza cuando comienzo a llenar su bañadera. Cual ninja super entrenado, al darme vuelta, siempre la encuentro con sus toallas al hombro esperando la orden para zambullirse. Ahora que está empecinada en vestirse sola, este momento puede llegar a parecer eterno y al mismo tiempo muy gratificante.

15:00
Siesta.

16:30
Después de ordenar todo un poco, lavar los platos, poner el lavarropas, visitar el baño, contestar algún e-mail, es mi turno de recostarme. Intento dormirme, pensando que en breve la tengo que despertar para que la noche no se extienda más de lo necesario. O sea, me levanto enseguida a prepararle su mamadera de la tarde. Vuelvo a contar las ocho cucharadas de leche por sexcentésima nonagésima tercera vez y empiezo a despertarla.

17:00
Merendamos con las sobras de la media mañana. Si no sobró nada, siempre tengo algún tubito de masa de chipá reservado en el freezer.

17:30
Témperas y pinceles. Tenemos tres tarros con los colores primarios. Los mezclamos en los soportes vacíos de las cajas de huevitos Kinder. Ella dibuja soles, a mamá con forma de espárrago, a papá con forma de papa tardía, árboles y animales. A mi me toca dibujar retratos de sus osos y muñecas, a los que ella se encarga de hacerlos posar.

19:00
Después de limpiar el piso, los pisos blandos, los pinceles, los envases y de secar los dibujos con el secador. Comenzamos a higienizarnos nosotros. Siempre queda un poco de témpera en el lugar menos pensado y hay que volver a empezar.

19:30
Rompecabezas, libros, castillos con bloques, reacciones en cadena, fútbol living, saltar en la cama, masa. El tiempo vuela, sus risas llenan la casa y el cansancio nos comienza a empujar.

20:30
Canciones de Canticuénticos para ella. Para mí, cocinar, cantar y bailar. Hoy, colita de cuadril mechada con ajo y morrón con batatas, manzanas y cebollas al horno. A fuego lento la comida y nosotros miramos algún dibujito de los de antes en youtube.

21:30
Llega mamá, nuestra hija nos amalgama en un abrazo familiar reconfortante, energético y amansador.

21:40
Ducha milimétrica, veloz y ambientalmente correcta.

21:50
Cena familiar, tratando de formar un triángulo.

22:30
Ellas se acuestan abrazadas.

23:00
La llevo despacito a su cuna. De vuelta en la cama con mi esposa, nos saludamos con los pies. Hablamos hasta quedarnos dormidos.

03:00
El sueño me despierta, voy a verla, está destapada y la vuelvo a tapar. Vuelvo a la cama y mi mujer me pregunta qué hora es, yo le digo que las 7, pero mucho no me cree, me sonríe y se vuelve a dormir saludándome los pies.


Aclaración: Si al terminar de leer usted piensa que hay algún bache en el racconto, el mismo debe llenarse por preparar jugo, tomar líquido, momentos para hacer pipí y popó, higienizar cada vez los enseres para tal propósito, lavarse los dientes algunas veces más, lavarse las manos antes de cada comida y después de cada visita al toilet, algunos minutos inflando el caballito, barrer cada tanto, limpiar algún ocacional accidente hidrológico, cantar "A guardar, a guardar", etc.

*Del Blog "Un día normal de un padre y su hija": Mamá se va a trabajar y papá trabaja en casa. Estas son las divertidas historias de aprendizaje de un padre y su hija.

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