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Las mejores bebidas para los chicos

Ya lo sabemos: los chicos quieren gaseosas y jugos de cajita porque son muy dulces y porque ven las propagandas en la tele. Sin embargo, ésas no son las mejores opciones a la hora de calmar la sed de tus hijos.

Desde el momento en que el bebé empieza a beber algo más que leche materna –o mamadera- hay que ofrecerle agua pura y alentarlo a que la tome cada vez que tiene sed para crear el hábito, porque si esto no sucede, después hay chicos que en el jardín no toman agua porque “no les gusta” y sacian su sed siempre con bebidas industrializadas y llenas de colorantes, aromatizantes, conservantes, sodio, y muchos componentes que, si bien están permitidos, no se recomienda su ingesta en los niños pequeños. Además, contienen “calorías vacías”: son ricos en energía pero pobres en nutrientes.

Es cierto que muchos de estos “jugos” tienen vitaminas agregadas, pero ¿por qué no exprimir una fruta –o buscar esas vitaminas en frutas enteras y verduras frescas- en vez de incorporar también todos los elementos nocivos que tienen las bebidas industrializadas?

La Sociedad Argentina de Pediatría ofrece una lista de los inconvenientes que producen estas bebidas cuando se consumen más de tres vasos diarios (y un niño que no toma agua suele tomar mucho más que tres vasos de líquido por día… sobre todo si tampoco toma leche y desayuna y merienda con “jugos” industrializados):

  • Mayor riesgo de tener caries y erosión dental
  • Trastornos nutricionales como la obesidad o bajo peso
  • Alteración en la talla (menor estatura que la determinada por su potencial genético)
  • Diarreas
  • Dolores abdominales
  • Gastritis
  • Trastornos en la absorción de calcio
  • Disminución del calcio en sangre
  • Irritabilidad, trastornos de la conducta e insomnio
  • Urticarias y otras alergias
  • Pérdidas de materia fecal o ensuciamiento


Desde la SAP también señalan que el consumo de estas bebidas puede generar desórdenes en el apetito a la hora de comer porque las calorías que contienen interfieren en el ciclo natural de hambre / comida / saciedad.

Tené en cuenta que si tu hijo rechaza tomar agua es porque no tiene sed sino solamente “ganas de tomar algo”. Si existe la posibilidad, ofrecele un jugo exprimido o un licuado de fruta con agua en el período de adaptación hasta que vea que tu postura es firme y acepte beber agua.

Recién cuando el hábito de beber agua se haya afianzado, podés darle jugos industrializados o gaseosas en ocasiones especiales –cumpleaños, por ejemplo-. Es importante que no consuma estas bebidas a diario.

 

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