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Leche de vaca: todo lo que una mamá debe saber

A partir de qué edad se le puede dar leche de vaca a un niño, cómo saber si tu hijo el alérgico, cuánta leche debe tomar por día: una guía completa para obtener todos los beneficios de este alimento.

La leche de vaca es un alimento muy saludable, que aporta calcio, vitamina A, vitamina D y proteínas, nutrientes indispensables para mantener saludable la estructura ósea. Sin embargo, además de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida, introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más), hay algunas cuestiones a tener en cuenta a la hora de darle leche de vaca a los niños:

 

Los pediatras indican no dar leche de vaca sin diluir antes del año


Se recomienda no dar leche de vaca hasta los doce meses ya que su composición tanto en proteínas como en minerales es inadecuada –tiene sodio en grandes cantidades- y esto puede producir pérdidas de sangre a nivel intestinal –que no se notan a simple vista-, originando anemia.

Si por algún motivo no se puede utilizar una leche de fórmula especial para bebés, hay que consultar con el pediatra la manera adecuada de diluir la leche de vaca para preparar la mamadera.

Después del año, los niños pueden tomar leche de vaca y lo ideal es que sea enriquecida con hierro.

 

Después de haber sido amamantado, no quiere leche de vaca


Es muy común que los niños que fueron exclusivamente amamantados, rechacen al principio la leche de vaca u otro tipo de leche para bebé, ya que el sabor y la textura es muy diferente a la de la leche materna. En estos casos, se puede ir mezclando la leche que tomaba el bebé en una proporción de cincuenta y cincuenta hasta lograr que acepte tomar pura la nueva leche que se le ofrece.

En el caso de que no se cuente con suficiente cantidad de leche materna como para hacer esto, conviene consultar al pediatra para que sugiera alguna opción diferente. De todas formas, esta situación suele ser momentánea y enseguida el niño acepta la nueva leche. Por otro lado, siempre están los productos lácteos como el yogur o el queso que pueden aportar sus nutrientes en reemplazo de la leche, cuando por algún motivo no se consume.

 

La leche de vaca puede producir alergia


Las proteínas de la leche pueden no ser toleradas y/o producir alergia al bebé. Esta intolerancia puede manifestarse a través de distintos síntomas: prurito, urticaria, vómitos, diarrea, tos, mocos, etc. Además de las proteínas, el azúcar de la leche (la lactosa), también puede producir intolerancia. Es importante consultar con el pediatra y que se haga un buen diagnóstico para tomar las decisiones adecuadas: el médico puede sugerir dar leche deslactosada, o retirar la leche y los lácteos orientando sobre cómo complementar la alimentación.

¿Leche entera o descremada?


Con respecto al tipo de leche que conviene darle a los niños, hay distintas posiciones entre los pediatras: mientras que algunos profesionales sugieren darles siempre leche entera –excepto en casos de sobrepeso y por indicación médica-, otros indican pasar a lácteos descremados a partir de los dos o de los tres años, argumentando que a partir de cierta edad los niños ya no necesitan el aporte de grasa. Dadas las diferencias, será importante conversar con el pediatra para conocer su criterio.

La leche entera contiene alta proporción de grasas y calorías, fuente de energía esencial para los períodos de rápido crecimiento, grasa –que aporta vitaminas- y colesterol, que ayuda a formar el recubrimiento de las células del cerebro, permitiendo que los más chiquitos lo desarrollen en forma adecuada.

 

¿Cuánta leche debe tomar por día un niño?


Del año a los tres años el niño debería tomar unos 600cc de leche al día o completar esta cantidad con productos lácteos. A partir de los tres años y a lo largo de toda la vida, lo ideal es consumir tres porciones al día, teniendo en cuenta que una porción equivale a un vaso de leche o un yogur o un rodaja de queso tamaño cassette de música o un vaso de leche cultivada.

 

¿Qué hacer si no le gusta la leche?


Si a un niño no le gusta beber leche, hay que asegurar el aporte de calcio ofreciéndole derivados como yogur o queso, o alimentos que los contengan: flan, polenta hecha con leche, queso blanco o leche en polvo en los rellenos de tartas o canelones, etc.

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