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Llegan las fiestas: ¿Conflictos en puerta?

Dónde y con quiénes pasar las fiestas son preguntas recurrentes en esta época del año. Para algunas parejas la respuesta es rápida y natural, mientras que para otras, llegar a un acuerdo puede significar largas horas de debate. ¿Hay manera de evitar discusiones cuando de celebrar se trata?

Con la llegada de las fiestas, el espíritu de unión se hace muy presente y el deseo de pasarlas con los que uno realmente quiere, más fuerte. Si bien es importante y saludable satisfacer este deseo, a veces no es del todo posible.

En muchos casos, estar en pareja implica elegir entre la familia propia y la política para pasar una de las celebraciones y acompañar a la persona que amamos en un plan que no es el ideal en nuestro imaginario.
 
Y es ahí donde comienzan los conflictos, muchas veces producto de la incapacidad de ceder, que amenazan con echar por tierra los momentos de unión y reflexión a los que invita esta época del año.

Para evitar que esto suceda, o al menos intentarlo, hay una serie de consejos clave a tener en cuenta:

Conciliar: En todos los ordenes de la vida es necesario y recomendable conciliar con la pareja. Así como se puede acordar el barrio en el que van a vivir, el colegio al que irán los chicos o algo tan cotidiano como el lado de la cama en el que dormirá cada uno, en las fiestas también se puede. Y hay que tener en cuenta que conciliar significa acordar desde el respeto y el amor, no imponer lo que se quiere o plantearlo desde un lado competitivo, sino tratar de que el otro comprenda la necesidad y el deseo de uno para que pueda elegir satisfacerlo.

Dejar de lado el egoísmo: Puede que alguno de los familiares del novio o la novia no sea muy simpático, la madre no sea del todo amable o la hermana sea un poco distante con uno, pero si nada de esto hace un daño real, es bueno dejar de lado el orgullo y acompañar a la pareja. Durante la reunión, puede ayudar estar cerca de las personas más afines a uno y disfrutar junto a ellos, buscar la complicidad en el otro para reírse y tratar de tomarse a la ligera y con humor las distintas situaciones. En el caso de que los problemas sean mayores y realmente ver a la familia política signifique un sufrimiento, es conveniente hablarlo mucho antes de que lleguen las fiestas, tratar de encontrarle una solución desde el respeto y evitar el sometimiento a una mala situación.

Ir con la idea de pasarla bien: Dicen que la energía positiva atrae la buena onda, entonces ir a las reuniones relajada, de buen humor y con la idea previa de pasarla bárbaro, puede ayudar positivamente a que así suceda. En cambio, una postura negativa invita a pasarla mal, a verse mal y a afectar con esa actitud a la pareja

¡No al reproche!: Si de una elección se trata, no valen los reproches. Cuando uno plantea la necesidad de pasar una de las fiestas con su familia y el otro elige acompañarlo, no es justo que el regreso a casa se convierta en un mar de reproches. Para evitar que eso suceda, la decisión de pasar una o ambas fiestas en la casa de la familia política, debe ser producto de la conciliación y no de una batalla ganada por uno de los dos.

Plantear alternativas para pasarla bien en pareja: Si pasarla con una u otra familia es realmente un conflicto y en realidad el plan ideal sería pasarlas en pareja o con amigos, no hay que darle la espalda a este deseo y cumplirlo. Una alternativa puede ser armar un viaje, excusa perfecta para evitar reproches de padres, hermanos, tíos, etc. Lo fundamental en estos casos es aprender a disfrutar de cada momento, tratando de satisfacer el deseo y la búsqueda propios.

Si bien esta es una situación que suele hacerse más tangible en épocas festivas, es en el día a día, en todas las decisiones y momentos compartidos, en los que es muy saludable conciliar, respetar y tratar de satisfacer con amor los deseos tanto propios como de la pareja, dejando de lado el egoísmo, los reproches o la obligación.

Cuando la imposición se convierte en una herramienta para lograr objetivos, los resultados no son los mejores. Si en cambio se busca un equilibrio basado en el respeto, la comprensión y el cariño, es posible llegar a buen puerto. 


Asesoró: Lic. Cintia Amor, psicóloga

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