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Los accidentes no son accidentales

Los accidentes constituyen un gran riesgo para la salud de los niños y adolescentes. Contrariamente a lo que se cree, no ocurren por fatalidad sino por falta de prevención

Los accidentes

  • Son la causa más frecuente de muerte en niños y adolescentes.
  • Provocan innumerables lesiones, con sus dolorosas consecuencias físicas y psíquicas, muchas de ellas irreparables.
  • Constituyen uno de los problemas prioritarios de salud que nos compromete a trabajar responsablemente en su prevención.


¿Dónde ocurre la mayor cantidad de accidentes?

La casa es el lugar donde ocurren más de la mitad de los accidentes de los niños, en particular en el patio y la cocina. El resto de los accidentes se producen principalmente en la calle y en la escuela.


¿Cuáles son las precauciones que se deben tomar de acuerdo a la edad de los niños?

En el primer año de vida:

  • No dejarlos en sitios altos
  • Colocar protecciones en escaleras, balcones y ventanas
  • Tapar los tomacorrientes y no dejar cables o alargues en el piso
  • No cocinar ni encender fuego con ellos en brazos
  • No dejarlos solos ni un segundo en el agua
  • Mantener fuera de su alcance objetos cortantes, punzantes o muy pequeños, remedios y sustancias venenosas
  • Los bebés deben dormir boca arriba y en un ambiente ventilado.


En la edad de 1 a 6 años:

  • Mantener todas las normas de cuidado del primer año
  • Controlar periódicamente las instalaciones de electricidad y gas
  • No permitir que jueguen cerca del fuego, de maquinarias, motores o en sitios altos
  • Tapar los pozos y corregir desniveles
  • No poner venenos ni cebos en los sitios donde juegan
  • Nunca dejarlos solos en el agua
  • No dejar a su alcance fósforos ni encendedores
  • No permitir que jueguen con bolsas de plástico ni con globos rotos o desinflados
  • No dejarlos solos o cuidados por otros niños
  • Enseñarles a respetar a los animales y evitar acercarse a ellos cuando comen; controlar que los lugares donde juegan en plazas y parques sean seguros, limpios y alejados del tránsito
  • No dejarlos solos en la calle
  • Iniciar la enseñanza del autocuidado y de las normas de seguridad vial
  • Guardar las armas en sitios inalcanzables y no exhibirlas delante de ellos.


En la edad escolar:

  • Mantener todas las normas anteriores
  • Verificar y proteger los sitios inseguros de la escuela: escaleras, ventanas y columnas
  • Los recreos deben ser supervisados por docentes
  • Evitar exigencias físicas desmedidas priorizando en los deportes la recreación en lugar del esfuerzo competitivo
  • Proteger con vallas y señalizaciones la entrada y salida de la escuela
  • Deben circular en bicicleta por lugares sin tránsito y con casco
  • Reforzar el aprendizaje de las normas de tránsito y asegurarse de que las pongan en práctica, iniciar el aprendizaje de la natación y no dejarlos solos en el agua.


En la adolescencia:

  • No facilitar el uso de vehículos a menores de 17 años y sin un previo aprendizaje responsable de manejo.
  • Recordarles los riesgos graves de conducir con exceso de velocidad o luego de ingerir alcohol, concientizarlos sobre la necesidad de usar casco para motos y bicicletas.
  • Desalentar comportamientos violentos y temerarios en lugares bailables, tribunas y lugares de esparcimiento
  • Reforzar el aprendizaje de la natación y alertarlos de los riesgos de nadar solos o en lugares peligrosos o prohibidos.
  • En el campo y zonas rurales: Mantener alejados a los niños de los animales, trampas de caza, armas, maquinarias agrícolas, plaguicidas y herbicidas; no dejarlos solos en bosques, montañas ni descampados, ni permitir que transiten sin compañía de mayores.
  • No caminar por banquinas de rutas ni vías de tren.
  • En el mar, ríos, lagunas y piscinas: Nunca dejarlos solos, aunque sepan nadar; asegurarse de que el lugar esté habilitado para bañarse; colocar valla protectora de 1,5 m alrededor de la piscina; colocarles chalecos salvavidas cuando naveguen.

La prevención de accidentes es un tema clave para conversar con el pediatra de la familia. Se recomienda concurrir periódicamente a los controles de salud con el pediatra para informarse y asesorarse sobre los
comportamientos de nuestros hijos en cada etapa madurativa y los riesgos a los que se exponen, con el fin de trabajar juntos en la prevención de los accidentes.

El destino y la suerte de nuestros hijos se construye todos los días. Con educación para la salud los accidentes pueden evitarse.

Las preguntas clave para la prevención de accidentes
son: ¿Qué accidente le puede ocurrir a mi hijo?; ¿Qué debo hacer para anticiparme y evitar que suceda?

Las respuestas en accidentes para la salud:

  • Tomar conciencia sobre la importancia de la prevención.
  • Interesarse e informarse sobre los riesgos de accidentes posibles de evitar.
  • Adecuar el hogar para que sea un lugar seguro.
  • Cuidar permanentemente a los niños.
  • Establecer normas claras de seguridad y límites firmes de protección de nuestros hijos.
  • Iniciar la educación para el conocimiento de los peligros y el aprendizaje del autocuidado a partir del año de vida.
  • El comportamiento de los padres debe ser el modelo y el ejemplo desde donde se basa la enseñanza.
  • Controlar y exigir que los distintos lugares donde concurren nuestros hijos sean seguros y cumplan con las normativas legales vigentes al respecto.
  • Los padres y los adultos a cargo del cuidado de los niños y adolescentes deben conocer y aplicar todas las normas de seguridad.
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