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Los beneficios de la leche materna en bebés prematuros

Las condiciones de salud y maduración del bebé prematuro y el impacto que un nacimiento prematuro e internación prolongada del bebé tienen sobre la madre y el entorno puede dificultar la lactancia. Pero es importante saber que la leche materna tiene múltiples beneficios para el bebé prematuro.

La alimentación con leche humana en recién nacidos prematuros y de muy bajo peso al nacer tiene múltiples beneficios nutricionales, gastrointestinales, inmunológicos, psicofísicos y neuromadurativos, entre los que se cuentan:

  • Descenso en la mortalidad
  • Mejores logros en neurodesarrollo a largo plazo
  • Refuerzo de las habilidades maternales
  • Mejoramiento del vínculo madre-hijo
  • Menor recurrencia de reinternación
  • Reducción en tasa de cirugía requerida
  • Menor riesgo de retinopatía del prematuro
  • Reducción en frecuencia y severidad de enterocolitis necrotizante 
  • Menor riesgo de sepsis
  • Menor riesgo de displasia pulmonar crónica
  • Menor riesgo de leucomalacia periventricular


Por eso, se proponen las siguientes prioridades de elección en la alimentación del prematuro:

- Primera opción: leche materna en forma directa (cuando el bebé puede
succionar)

- Segunda opción: leche materna extraída. Esta leche debe ser utilizada exclusivamente para el propio hijo, cuando la mamá no está cerca del niño o cuando no puede ser puesto directamente al pecho.

- Tercera opción: leche humana pasteurizada en un banco de leche. Esta leche puede ser utilizada por todo niño cuya madre no pueda proveerle leche, ya sea total o parcialmente.

- Cuarta opción: leche de fórmula para prematuros.

 

Desafíos de alimentar a un bebé prematuro con leche materna


Los niños prematuros enfrentan múltiples desafíos a la hora de ser alimentados. El nacimiento antes de término condiciona cierto grado de inmadurez que les hace difícil prenderse al pecho, y las numerosas intervenciones médicas necesarias para su atención compiten con el proceso normal de la alimentación.

Todo bebé que tenga problemas para succionar, en mayor o menor medida tendrá dificultades para prenderse al pecho. La succión inmadura puede generar baja obtención de leche desde el pecho y cansancio extremo por el esfuerzo físico que conlleva.

Muchas veces, los prematuros parecen satisfechos o se quedan dormidos después de haber sido amamantados, pero sin haber obtenido suficiente cantidad de leche, como consecuencia del esfuerzo que les significa la succión.

Por eso, mientras el bebé no sea capaz de amamantarse eficientemente deberá recibir la leche materna a través de un tubito flexible (sonda) colocado en su boca. Cuando se encuentre estable, comenzará la puesta al pecho mientras recibe la leche por la sonda. Esto se llama succión no nutritiva del pecho materno y le da al bebé la oportunidad de aprender y practicar la succión.

A todos estos desafíos se le debe sumar la separación de la madre quien, para poder alimentar a su bebé con su leche, debe extraerse varias veces al día mientras se encuentra inmersa en una situación estresante, de incertidumbre frente a la salud de su hijo y la necesidad de atender otros aspectos de su vida como otros hijos, hogar, trabajo, etc.

La suma de todas estas situaciones es parte de la explicación del menor inicio de lactancia en los niños nacidos prematuros que se observa en la Argentina y el mundo.

En este contexto, para que el derecho de los prematuros a recibir leche humana sea una realidad posible, se debe trabajar desde las instituciones en acciones concretas y efectivas que lo garanticen.

Fuente: Unicef

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