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Los celos en tiempos de redes sociales

Con Internet, muchas parejas vieron multiplicados sus problemas ya que a las interacciones habituales de la vida cotidiana, se sumaron los espacios virtuales, es decir, que se multiplicaron las posibilidades de celar al otro. Por qué sucede esto y cómo hacer para mejorarlo.

¿Por qué celamos?

 

Los celos son una respuesta emocional compleja y perturbadora, que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera como propio. También implica la sospecha ante la posibilidad de que la persona a la que se quiere no esté prestando la atención usual y que esa atención se la esté dando a otra persona, de la cual tendremos celos.

El hecho de pensar que otra persona pueda “robarnos” lo que es “nuestro” significa que uno es capaz de situar a una persona por encima de sí mismo, lo cual tiene mucha relación con la autoestima. Generalmente las personas con una autoestima sana, un buen autoconcepto de sí mismas, con relaciones sanas y que durante su infancia fueron capaces de desarrollar la confianza básica, no suelen tener problemas de celos.

Por tanto, los celos surgen de un compendio de factores, entre los que está la idea de posesión del otro, y algunas características tanto de la personalidad de cada uno de los “afectados” cómo de la historia de la relación.

 

Celos y redes sociales

 

En tiempos de redes sociales, donde la vida personal suele estar muy expuesta, es común que las personas celosas vean multiplicados sus sentimientos y encuentren en estos sitios webs motivos para tener celos.

El seguir a la pareja en las redes sociales no es bueno ni malo en sí. Lo bueno o lo malo tiene que ver con la intensidad y el grado de obsesión con el que se la siga. Es decir, la diferencia está entre “seguir y perseguir”. Si uno es capaz de encontrar el equilibrio sin obsesionarse no existe ningún problema en seguir a través de las redes sociales, al igual que tener el contacto telefónico de la pareja no tiene por qué significar que uno pase todo el día obsesionado con llamarlo, enviarle mensajes, etc.

Por otro lado, sí se cruza un límite cuando se ingresa al perfil de la pareja sin su consentimiento, violando su privacidad. El perfil de Facebook, el de Twitter, el correo electrónico son cuentas o direcciones personales y privadas. Por eso, al revisar las cuentas de otras personas se está invadiendo su intimidad. Ante esta situación cabría preguntarse “¿Por qué estoy revisando esto?” Y pensar:

  • Qué cosas del otro hacen que uno desconfíe.
  • Qué cosas de uno mismo no permiten confiar. 
  • Qué cosas de terceras personas hacen que desconfíe.

 

¿Es malo ser celoso?


En ciertos momentos evolutivos, y ante ciertas situaciones, los celos se pueden considerar una respuesta normal. Cuando se es pequeño aún no se tiene la seguridad en uno mismo como para pensar que se merece el amor de los demás sin condiciones, y por lo tanto cualquier cosa que pueda poner en peligro el amor de los demás, provoca celos. Cuando se es más grande, se puede estar envuelto en relaciones que minen esta confianza en uno mismo, o bien, puede ser que esta confianza no haya podido desarrollarse de una forma sana.

Por eso, llegada la edad adulta, los celos pueden estar hablando de dos cosas:

  • O bien, de una relación que está minando la confianza en uno mismo y que, por ende, es una relación patológica que no deja crecer.
  • O bien, pueden ser una manifestación de que esta confianza no se ha podido desarrollar de forma sana, y que se va a necesitar ayuda para que esto evolucione y pueda mejorar.

Cómo trabajar los celos para mejorar la relación de pareja


A priori, lo más fácil es buscar la responsabilidad en terceras personas. Pero es importante centrarse sobre todo en aspectos de uno mismo, ya que es sobre estos donde uno tiene más potencial y fuerza para cambiar ciertas actitudes.

Para mejorar la situación, se puede evaluar si está faltando confianza o autoestima o si hay temas sin resolver en la pareja y trabajar ambas cuestiones. Para no sentir celos es imprescindible contar con una buena confianza básica, una autoestima y autoconcepto saludables y poder comunicarse abiertamente con la pareja (o la persona a quien se cela).

Generalmente, si uno piensa que es lo suficientemente bueno para ser querido, no importa que este cariño sea compartido con más gente (siempre dentro de los límites y los pactos que en cada relación se establezcan). Y no importa porque se sabe que no se va a perder la propia posición valiosa ni el cariño.

Asesoró: Anaïs Cerrillo, psicóloga.